Leyendo para el lector

Lecturas dedicó un amplio espacio a textos literarios, especialmente cuentos y novelas, y también a la difusión y comentarios de libros recientemente publicados.
Así como en otros medios de la época que tuvieron secciones de reseñas de libros -como por ejemplo "Hojeando libros y revistas" de La Nación o "Libros, revistas y autores" en El Mercurio-, en cada uno de los veinticuatro números de Lecturas apareció alguna sección dedicada a la reseña de libros, principalmente, de aquellos editados en el país. A partir del primer número de la revista, la sección "Leyendo para el lector" dio cuenta de estos textos y, a partir de la edición diecinueve, se publicaron en la sección "Los libros".
Si bien ambas secciones fueron escritas por colaboradores de la revista y también por el secretario de redacción -y luego director- de Lecturas, Luis Enrique Délano (1907-1985), "Leyendo para el lector" y "Los Libros" tuvieron particularidades.
En el caso de "Leyendo para el lector", la sección presentó textos sobre libros, principalmente, editados por la Empresa Letras, misma editorial que publicaba Lecturas y cuya propietaria era Amanda Labarca (1886-1975). En cada una de las reseñas apareció información sobre la editorial y también la colección específica a la que pertenecían las obras, es decir, la sección no solo daba cuenta de los libros, sino que publicitaba los libros de la editorial.
Por ejemplo, en la reseña sobre la novela Pueblo chico (1904) de Manuel J. Ortiz (1870-1945), Genaro Winet elogió a la Empresa Letras por volver a publicar el libro, que en su momento alcanzó "un éxito rotundo de crítica y de librería", destino que también se esperaba para la reedición que apareció en 1932.
Winet indicó que "estamos seguros de que será la novela de Manuel J. Ortiz uno de los mayores éxitos bibliográficos de este año", debido a que era "un relato que tiene todas las condiciones para triunfar: es movido, rápido, nervioso, emocionante, con rudos perfiles dramáticos, con ternura, y escrito en bello estilo. Sus personajes chilenos, y su acción que se desarrolla en nuestro país, dan mayor encanto a este libro, que relata la atormentada vida de un cura de aldea, que no puede desarrollar la labor que desea, porque se estrella con un ambiente de calumnias, murmuraciones y oscuridades" (Winet, Genaro. "Leyendo para el lector". Lecturas. Año I, número 7, 5 de enero de 1933, p. 54).
La iniciativa de la Empresa Letras de lanzar la colección "Cuadernos de Poesía", cuyo primer libro fue Palabras de amor (1933) de Roberto Meza Fuentes (1899-1987) también fue destacada en las páginas de Lecturas. En "Leyendo para el lector" se indicó que "es interesante la labor que desarrollarán los 'Cuadernos de Poesía' que hoy se inician y que continuarán con un libro inédito de Pablo Neruda. Ellos están destinados a poner en contacto con el gran público a nuestros mejores poetas. Labor noble, que merece todas las alabanzas" (D. L. "Leyendo para el lector". Lecturas. Año I, número 7, 19 de enero de 1933, p. 55).
En ocasiones, "Leyendo para el lector" reseñaba un libro más de una vez, como fue el caso del volumen de cuentos Lo que el tiempo deja (1932) de Salvador Reyes (1899-1970), parte de la colección "Autores chilenos" de la editorial Empresa Letras. Sobre este libro apareció una reseña en el número tres de Lecturas escrita por Santiago Ureta Castro -quien había sido colaborador de Claridad y uno de los fundadores del periódico Célula (1932-1933)- y otra escrita por Juan Marín (1900-1963) en el número cinco.
Por su parte, la sección "Los libros" apareció durante los últimos seis números de Lecturas, periodo correspondiente a la segunda época de la revista, dirigida por Délano. Por lo general, fue antecedida o seguida de la sección "Vida literaria", en la que se anunciaban actividades literarias en las que participaban escritores e instancias vinculadas con las letras como conferencias y encuentros.
A diferencia de "Leyendo para el lector", los textos que aparecieron en la sección fueron de mayor extensión y se detuvieron en el análisis de los libros. Por ejemplo, en el número 19, Luis Enrique Délano escribió sobre Cielos del sur (1933) de Luis Durand (1895-1954), volumen que incluyó la novela homónima y ocho cuentos.
Respecto de la novela de Durand, Délano destacó la descripción del campo chileno, la que no llegaba a ser "fatigosa", "horrorosa" ni "insoportable". Por sus relatos de "extraordinario interés", reconoció también a Durand como cuentista: "Un cuento suyo es un CUENTO, en esta época en que cualquiera se siente apto para hilvanar un cuento. Un cuento, como quien dice una tontería sin importancia". En específico, Délano destacó "La última noche", el que consideró "un relato emocionante, espléndidamente construido y con un final que, de trágico, resulta un poco truculento" (L. E. D. "Los libros". Lecturas. Año I, número 19, 15 de agosto de 1933, p. 73).
Complementos
- Mamita. Revista semanal de cuentos infantiles (1931-1933)
- Empresa Letras (1926-1936)
- Guillermo Labarca Hubertson (1879-1954)
- Leyendo para el lector
- Los autores critican a los críticos
- Luis Enrique Délano en Lecturas
- Manifiesto de poesía decoracionista
- “Recuerdos de niño” y “Memorias viejas” de Guillermo Labarca