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Carola Jerez

Carolina Jerez Berenguer representa una forma de hacer teatro que está estrechamente emparentada con la performance artística. Anclada a lo efímero del montaje, en su propuesta, el autor es quien interpreta los roles. Este tipo de trabajos está más abierto a romper con los límites del teatro tradicional, por lo que se desplaza de la sala teatral a otros espacios, en ocasiones rompe la barrera entre el actor y el público y suele incorporar otros medios audiovisuales, como el video o la proyección de fotografías. Estas transgresiones no son exclusivas de este estilo ni están ausentes en otras tendencias, sin embargo resultan muy características de la performance, que en ocasiones es imposible de deslindar de lo que definimos como teatro.

Carola Jerez egresó en 1991 de la Academia Club de Teatro de Fernando González y ha trabajado con renombrados dramaturgos chilenos -como Ramón Griffero y Juan Radrigán- y extranjeros -como Rodrigo García, Juan Mayorga, José Sanchis Sinisterra y Michel Didym. Sus obras se caracterizan por un fuerte contenido social y político y por elaborar personajes femeninos de gran potencia visual, gestual y discursiva. Entre sus trabajos más conocidos se encuentra la performance realizada en el Museo de Arte Contemporáneo Tierra Roja, 11 Pie´s de Cueca, en la que las mujeres del Conjunto Folklórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos bailaban sobre una capa de tierra roja que cubría un plano del palacio de La Moneda. Otros títulos son La Monna Lisa ya no mira, Baño público, Segismundo no despierta, Electroshock, El neceser y Amor de pata mala. En esta última obra trabaja en colaboración con su madre, la poeta Carmen Berenguer y Francisco Copello, representando un monólogo inspirado en una noticia de la crónica roja que describe a una prostituta que comete un asesinato.