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Revista de la Sociedad Arqueológica de Santiago (1878-1880)

Durante el siglo XIX, a partir de la llegada de científicos y naturalistas contratados por el Estado, se desarrollaron en Chile estudios arqueológicos, paleontológicos, antropológicos y etnológicos, a la vez que se conformó un círculo de académicos de la Universidad de Chile, intelectuales y coleccionistas privados interesados en estos temas, quienes se organizaron para compartir sus conocimientos, experiencias y colecciones de objetos (Orellana R., Mario. Historia de la arqueología en Chile: (1842-1990). Santiago: Bravo y Allende Editores, 1996, p. 29).

Entre las iniciativas de organización que lograron ser concretadas en el último tercio del siglo, se encuentra la Sociedad Arqueológica de Santiago, fundada en reunión realizada el 28 de julio de 1878. Entre sus primeros socios estuvieron su director, Rodulfo Amando Philippi (1808-1904); los vicepresidentes, Wenceslao Díaz (1834-1895) y Francisco Astaburuaga (1817-1892); y el secretario, Luis Montt Montt (1848-1909). Además de estos, asistieron a la primera reunión extraordinaria -realizada el 12 de septiembre del mismo año- José Toribio Medina (1852-1930), Augusto Orrego Luco (1848-1930), Federico Philippi (1838-1910) y Augusto Villanueva (-1926). También adhirieron y estuvieron en conocimiento del proyecto de creación de la Sociedad: Gonzalo Bulnes (1851-1936), Pedro Montt (1849-1910), Luis Zegers (1849-1925) y Francisco Vidal Gormaz (1837- 1907).

En los estatutos de la organización, redactados por Wenceslao Díaz y publicados en el primer y único número de la Revista de la Sociedad Arqueológica de Santiago, se especificó en su primer artículo que esta tenía como finalidades: "Estudiar la etnografía americana en todos sus períodos; estudiar las lenguas americanas como elemento etnográfico y arqueológico; estudiar las antigüedades americanas en sus diversas fases y ramos; procurar la publicación de obras que se relacionen con los objetos anteriores; publicar una revista de sus trabajos; hacer adquisiciones y canjes de objetos y obras que se relacionen con su institución para formar un museo y una biblioteca" (Sociedad Arqueológica de Santiago. "Estatutos de la Sociedad Arqueológica de Santiago". Revista de la Sociedad Arqueológica. Tomo I, número 1, Santiago, 1 de enero de 1880, p. 15).

Debido a los conflictos sucedidos durante la primera etapa de la Guerra del Pacífico en 1879, la publicación del único número de la revista se retrasó hasta el 1 de enero de 1880. El órgano contó con la edición de Luis Montt, quien además escribió el prospecto de la misma, el artículo "Antigüedades chilenas" y una reseña bibliográfica del Catálogo de antigüedades americanas (1878), publicado por la Sociedad luego de la exposición de la colección que se realizó en 1878 en uno de los salones del Congreso Nacional (Orellana, p. 32).

En el prospecto, Montt escribió que "la presente revista aparece para sacar a la luz los trabajos de la Sociedad Arqueológica de Santiago", que tenía entre sus propósitos el estudio de "las antiguas razas americanas, sus emigraciones, su idioma, su civilización", así como la reunión de "noticias y documentos" sobre el pueblo mapuche, el que -caracterizado como una raza entre otras- era denominado como "raza chilena o araucana" (Sociedad Arqueológica de Santiago; Montt, Luis. "Prospecto". Revista de la Sociedad Arqueológica. Tomo I, número 1, Santiago, 1 de enero de 1880, p. 3).

Montt se refirió -además- a la necesidad de los estudios arqueológicos y etnológicos a nivel nacional y mundial; presentó una reseña histórica de los hallazgos arqueológicos y las iniciativas privadas llevadas a cabo para esos fines; e indicó que, producto del contexto bélico, no fueron publicados textos de la Sociedad y de otros autores que habían comprometido sus trabajos. A pesar de esta limitación, indicó que se esperaba "hallar acogida y cooperación en todos los americanos que aprecian nuestros trabajos. Obra de progreso y de concordia la que emprendemos, ojalá contribuya a impulsar un género de estudios poco cultivado en estos países, y a estrechar los lazos que siempre deben unir a la gran familia americana" (Montt, p. 4).

Los artículos incluidos en el único número de la revista fueron: "Antigüedades bolivianas" del intelectual boliviano Nicolás Acosta (1844-1894); "Antigüedades chilenas" de Montt; "Antigüedades ecuatorianas" de Rodulfo A. Philippi; y el artículo anónimo "El araucano antiguo y moderno. Coyagtun entre el cacique Ancatemu y el padre Millaleubu". Este correspondió a un texto escrito en doble columna, mapuzungun-español, en el que el cacique y el sacerdote dialogan en un coyagtun o "razonamiento o discurso hecho en una junta, delante de muchas personas", publicado anteriormente por el religioso misionero Andrés Febrés (1734-1790) en su obra Arte de la lengua general del Reyno de Chile (1765), mientras que la traducción del "araucano moderno" fue sacada de los textos publicados por el religioso Buenaventura Ortega (Anónimo. "El araucano antiguo y moderno. Coyagtun entre el cacique Ancatemu y el padre Millaleubu". Revista de la Sociedad Arqueológica. Tomo I, número 1, Santiago, 1 de enero de 1880, p. 9-10).

En la revista apareció de forma anónima una "Geografía antigua de Chile", compuesta por un listado de nombres de localidades y pueblos, tomados del Diccionario geográfico de Chile (1867) de Francisco Astaburuaga. Se insertó, además, el acta de la primera sesión de la Sociedad y los estatutos, junto con cartas enviadas a su secretario, Luis Montt, y la nómina de los "socios de número" inscritos hasta 1880.

El número de la revista terminó con el artículo "Antigüedades norteamericanas", también de Philippi, y un conjunto de láminas de objetos antiguos de pueblos originarios del continente, pertenecientes a las colecciones privadas de los colaboradores del número.