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Comandancia en Jefe del Ejército (1969-1973)

El 27 de octubre 1969, René Schneider Chereau (1913-1970) fue nombrado comandante en jefe del Ejército de Chile por el presidente Eduardo Frei Montalva (1911-1982). El comandante Schneider, de larga y reconocida carrera militar, destacó por sus ideas acerca de la participación de las fuerzas armadas en la sociedad chilena. Estas ideas, denominadas como la "Doctrina Schneider", sostenían que el Ejército "era una institución absolutamente apolítica, no deliberante y obediente al Poder Civil, respetuosa de la Constitución y de las Leyes de la República", por lo que "no le correspondía intervenir ni pronunciarse sobre el resultado de actos eleccionarios" (Ruiz Tagle, Pablo. "Prólogo". En Profesión soldado. Apuntes de un general del Ejército de Chile. Santiago: LOM, 2002, p. 10).

En el contexto de las elecciones presidenciales de 1970, en las que Salvador Allende Gossens (1908-1973) fue elegido presidente de la república, Schneider sostuvo que el proceso electoral "no estaba terminado; solo lo estaría cuando el Congreso Nacional se pronunciase de acuerdo a las facultades que le confería la Constitución". En este sentido, reafirmó que el Ejército "había acatado siempre y acataría en el futuro las decisiones soberanas del Congreso Nacional" (Ruiz Tagle, p. 10).

Schneider asumió su cargo en la comandancia bajo esas premisas, lo que causó conflictos con la oposición política de centro y la derecha, que quiso evitar la llegada de Allende a la presidencia. En ese clima -luego de que el Congreso Nacional ratificara la victoria electoral de Allende-, altos mandos del Ejército, en conjunto con la CIA de Estados Unidos y algunos grupos políticos opositores, llevaron a cabo un atentado en contra de Schneider, que dio como resultado su asesinato al interior de su automóvil. El atentado fue ejecutado el 22 de octubre de 1970 por el general Camilo Valenzuela (1916-1976) y el general en retiro Roberto Viaux (1917-2005) (Seguel, Pablo. Soldados de la represión. Anticomunismo, seguridad nacional y contrasubversión en las Fuerzas Armadas chilenas, 1970-1975. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2022, p. 210-211).

En esas circunstancias, el 6 de noviembre de 1970, asumió el cargo de comandante en jefe Carlos Prats González (1915-1974), quien reafirmó la "Doctrina Schneider" por medio de "una circular interna denominada Definición Doctrinaria Institucional. En ella, a través de siete puntos, reiteró los pilares del profesionalismo militar" (Seguel, p. 213-214).

Como comandante en jefe, Prats fue llamado a conformar un gabinete cívico-militar por el presidente Allende, para dar estabilidad y seguridad a su gobierno, frente a las movilizaciones de la oposición y luego del paro de camioneros que afectó al abastecimiento del país.

Prats asumió como ministro del Interior el 2 de noviembre de 1972, mientras que el general de la Fuerza Aérea, Claudio Sepúlveda (1919-1989), se hizo cargo del ministerio de Minería y el contralmirante Ismael Huerta (1916-1997), del ministerio de Obras Públicas (Corvalán, Luis. El gobierno de Salvador Allende. Santiago: LOM, 2003, p. 211). Con estos movimientos en el alto mando militar, Augusto Pinochet Ugarte asumió la comandancia en jefe del Ejército de manera interina.

El gabinete cívico-militar se desarticuló con la renuncia de Prats y sus compañeros militares el 27 de marzo de 1973, producto de: la imposibilidad del gobierno de dar continuidad a su programa; los conflictos internos en la Unidad Popular; y las movilizaciones civiles y de carácter violento por parte de la oposición y de grupos como Patria y Libertad, que amenazaron la realización de las elecciones parlamentarias.

Entre su comandancia en jefe y el ejercicio de ministro del Interior, Carlos Prats impulsó la aprobación y cumplimiento de la Ley de Control de Armas y Explosivos; la modificación del artículo 22 de la Constitución de 1925 para garantizar el profesionalismo del Ejército; realizó acciones para contener las manifestaciones y el boicot de la oposición y el intento de golpe de estado denominado como "Tanquetazo" o "Tancazo".

Con posterioridad, el 9 de agosto de 1973, asumió como ministro de Defensa, en un nuevo intento del presidente Allende por darle estabilidad al gobierno, cargo al que renunció días después, el 23 de agosto, tras las manifestaciones civiles en contra de su nuevo nombramiento. Paralelamente, Prats renunció también a la comandancia en jefe del Ejército, recomendando a Augusto Pinochet como su sucesor, quien fue ratificado por el presidente (Corvalán, p. 211-212).

Con el general Schneider fallecido y Prats fuera del gobierno y de la comandancia en jefe, se facilitó el camino para la planificación del golpe de Estado contra el presidente Allende.

Consecutivamente, Augusto Pinochet se había mantenido obediente, neutral y cercano a Carlos Prats durante su comandancia. El 8 de marzo de 1971, había sido nombrado jefe de la Guarnición de Santiago; en enero de 1972, asumió como jefe del Estado Mayor; y en octubre de 1972, como comandante en jefe interino del Ejército, además de ser parte de los militares que ayudó a sofocar el "Tanquetazo".

En vísperas del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, como comandante en jefe, Pinochet decidió apoyar a los altos mandos sublevados y tomó el liderazgo del levantamiento contra el presidente Allende.

Luego del golpe, una vez conformada la Junta Militar encabezada por Augusto Pinochet, Carlos Prats se autoexilio en Buenos Aires, donde fue asesinado en un atentado explosivo, el 30 de septiembre de 1974.