Subir

Manuel de Salas Corvalán en la Biblioteca Nacional

La creación de un acervo bibliográfico y documental que permitiera desarrollar las ciencias, artes e industria en Chile fue una preocupación de Manuel de Salas Corvalán. En su estadía en Lima, mientras realizaba sus estudios, inició la conformación de una biblioteca personal, que fue nutriendo en su retorno a Chile en 1774 y su posterior viaje a España entre 1777 y 1783. Paralelamente, como director fundador de la Academia de San Luis (1797), contribuyó a la creación de una biblioteca destinada a sus estudiantes con ciento quince volúmenes. Para 1801, esta biblioteca alcanzaba los ochocientos volúmenes (Amunátegui, Miguel Luis. Don Manuel de Salas. Tomo I. Santiago: Imprenta Nacional, 1895, p. 83).

Durante los primeros años de la Revolución de Independencia, Salas fue parte del grupo de los intelectuales que participaron de la concepción de la Biblioteca Nacional y su posterior fundación el 19 de agosto de 1813. En este periodo -encabezado por Agustín de Olavarrieta en la organización de la Biblioteca- se abrió también una suscripción para donaciones de libros e impresos de todo tipo ("El gobierno a los pueblos". El Monitor Araucano. Santiago, 19 de agosto de 1813, p. 215).

El proyecto de la Biblioteca Nacional -postergado en 1814 producto de la derrota patriota en Rancagua y la confiscación de las primeras colecciones por las autoridades españolas- fue retomado por el Cabildo de Santiago en 1817 luego de la victoria patriota en Chacabuco, aunque los problemas de organización y financiamiento no permitieron que se concretara.

El 5 de agosto de 1818, el Director Supremo Bernardo O´Higgins Riquelme (1778-1842) promulgó un decreto que ordenó levantar la institución con las antiguas colecciones, que incluían las bibliotecas de los jesuitas, principalmente las del Colegio Máximo de San Miguel, del Noviciado de Santiago, del Colegio de San Pablo y las donaciones realizadas antes de 1814, entre ellas la biblioteca personal de Salas y otras importantes personalidades patriotas de la época, referenciadas en los insertos de El Monitor Araucano (Catalán, Gonzalo y Jorquera, Bernardo. "Biblioteca Nacional de Chile". Historia de las Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica. Pasado y presente. México: UNAM, segunda edición, 1995, p. 133-135).

Manuel de Salas fue nombrado por O'Higgins como nuevo organizador y primer director de la Biblioteca Nacional. Bajo su cargo, la Biblioteca se financió por aportes entregados por el cabildo, enviados desde otras provincias y por una donación de diez mil pesos realizada por José de San Martín (1778-1850) al momento de refundarse la Biblioteca. Además, Salas solicitó al gobierno de O´Higgins en 1819 la creación de un mecanismo de contrato de adquisición de libros (Martínez Baeza, Sergio. El libro en Chile. Santiago: Biblioteca Nacional, 1982, p. 100).

Manuel de Salas sumó a esas colecciones la antigua biblioteca de la Universidad de San Felipe, las colecciones de impresos de la Aurora de Chile y El Monitor Araucano, folletos, proclamas y decretos del periodo de revolución y guerra, libros requisados y documentos producidos por las antiguas autoridades españolas, así como otros libros remitidos desde Rancagua, Concepción y distintas partes del país, que habían sido abandonados en las migraciones producidas durante la guerra, "con lo cual logró reunir aproximadamente 8.000 volúmenes" (Martínez, p. 102).

Durante su administración, Manuel de Salas redactó el primer reglamento de la institución. En 1823 organizó la instalación de las colecciones en el edificio de la aduana de Santiago, en las cercanías de la Plaza de Armas, así como la adquisición de la biblioteca personal del fallecido abogado y político Juan Antonio Ovalle (1750-1819), presidente del Primer Congreso Nacional (1811).

Junto con lo anterior, se atribuyó a Salas poner en práctica el primer sistema de depósito legal, obligando -a la imprenta del gobierno y a las que se establecieran en el resto del país- a la entrega de cuatro ejemplares de los números de prensa y de libros que se publicaran, junto con propiciar el intercambio de obras y colecciones con Lima y Buenos Aires (Catalán y Jorquera, p. 134).

A diez años de su creación, la Biblioteca Nacional abrió sus puertas oficialmente el día 19 de agosto de 1823 bajo la dirección de Salas, momento en que se fundó también la "Sociedad de lectura de Santiago" (Briseño, Ramón. "Noticias históricas, Estadísticas y Orgánicas de la Biblioteca Nacional hasta 1883". Mapocho. Número 3, 1963, p. 97).

Manuel de Salas dejó la dirección de la Biblioteca Nacional a fines de 1823 para participar en la política nacional, aunque se mantuvo como colaborador permanente de la institución. Fue reemplazado en sus labores como director por Manuel José Gandarillas (1789-1846) (Martínez, p. 399).