Funcionario de la gobernación del Reino de Chile

Al arribar a Santiago, luego de realizar sus estudios en Lima, Manuel de Salas Corvalán fue electo por unanimidad como alcalde ordinario del Cabildo en 1775. Ese mismo año, el gobernador Agustín de Jáuregui (1711-1784) le confirió el cargo de superintendente de indígenas en La Calera y abogado del Cabildo de esa misma localidad. Como funcionario de esta institución colonial, debió organizar a las comunidades indígenas, entregarles nuevas habitaciones, facilitarles alimento y herramientas, "hasta que se hallaron en estado de subvenir por sí mismos a sus necesidades", así como instrucción básica y formación en asuntos de la fe cristiana (Amunátegui, Miguel Luis. Don Manuel de Salas. Tomo I. Santiago: Imprenta Nacional, 1895, p. 23-25).
En 1776 Manuel de Salas validó sus estudios de derecho ante la Real Audiencia y accedió al cargo de procurador. En este rol, lidió con un levantamiento civil producto de una reforma que aumentó el valor de las contribuciones, realizada por uno de los contadores mayores. La solución de Salas fue la realización de un cabildo abierto y el envío de una solicitud al rey para que zanjara el problema, sin obtener resultados (Amunátegui, p. 28).
En el año 1777, Salas viajó a España para interceder por su padre, quien había sido llamado a Cádiz para un ascenso, pero por su avanzada edad tuvo que permanecer en Santiago. Por su parte, Salas pretendió con este viaje encontrar un empleo como funcionario de la Corona. Las actividades políticas, sociales, religiosas, de comercio e industriales que observó en Madrid, capital del imperio, las relató en su Diario (1777-1817); además, describió su visita a Aranjuez y otras ciudades, su asistencia a una procesión en la que estuvo presente el rey, a quien luego vio comer en el palacio, instancia en donde tuvo contacto con ministros de la corte (Salas, Manuel de. "Diario (1777-1817)". En Escritos de Don Manuel de Salas y documentos relativos a él y a su familia. Tomo II. Santiago: Imprenta, Litografía y Encuadernación Barcelona, 1914).
A su regreso a Chile en 1783, fue nombrado regidor del Cabildo y superintendente de obras por el gobernador Ambrosio O´Higgins (1720-1801). En ese cargo buscó realizar reformas a la ciudad de Santiago, como el proyecto de paseo de alameda en la ladera del río Mapocho, la construcción de baños públicos para cuidar la higiene de la ciudad y la práctica del "juego de pelota público en la plazuela llamada Basural" (Amunátegui, p. 57-58).
Uno de sus trabajos más conocidos como superintendente de obras fue la reforma a los tajamares del río Mapocho, destruidos el 16 de junio de 1783 debido a una crecida del río. El 14 de octubre de 1791, fue nombrado intendente de la obra, por lo que se hizo cargo de la fábrica de los tajamares y contrató al ingeniero Joaquín Toesca (1752-1799), quien materializó la reforma que incluyó la construcción del puente Cal y Canto.
Debido a sus méritos, Ambrosio O´Higgins lo nombró síndico del Real Tribunal del Consulado de Santiago, institución de carácter comercial y de fomento económico. Como síndico, Salas elevó al gobierno su Representación a los señores de la junta de gobierno del consulado (1795), solicitando la creación de una institución centrada en la enseñanza de la aritmética, la geometría, la gramática y el dibujo, entre otras materias destinadas a desarrollar la industria en Chile.
También presentó el informe titulado Memoria sobre el estado de la agricultura, la industria y el comercio en Chile (1796), dirigido al ministro de Hacienda de la Corona Diego de Gardoqui (1735-1798), en el que detalló la situación del reino, sus recursos naturales, estado de la población y planes para mejorar la producción y el comercio tanto con España como con los otros territorios americanos (Salas, Manuel de. "Representación hecha al ministro de Hacienda don Diego de Gardoqui por el síndico del Real Consulado de Santiago, sobre el estado de la agricultura, industria y comercio del reino de Chile". En Escritos de Don Manuel de Salas y documentos relativos a él y a su familia. Tomo I. Santiago: Imprenta Cervantes, 1910, p. 152).
En paralelo a su trabajo como síndico, realizó otras actividades públicas como director general de minería en el Real Tribunal de Minería de Chile, director de la Academia de San Luis y fundador del Hospicio de Santiago u Hospicio de la Ollería, que buscó ayudar a personas enfermas, de la tercera edad y en desprotección, pertenecientes a los sectores populares, además de funcionar como espacio de desarrollo de diferentes actividades artesanales e industriales para los propios beneficiarios. De su trabajo en el Hospicio emanó un oficio en el que dio cuenta del estado del lugar, algunas recomendaciones para su mejora y la solicitud de recursos para su mantención (Salas, Manuel de. "Oficio de la diputación del Hospicio al Excmo. Señor don Luis Muñoz de Guzmán, gobernador y capitán general del reino, en que se proponen medias para arbitrar recursos con que sostener el establecimiento". En Escritos de Don Manuel de Salas y documentos relativos a él y a su familia. Tomo II. Santiago: Imprenta, Litografía y Encuadernación Barcelona, 1914, p. 319).
Sobre el rol de funcionario de la gobernación de Manuel de Salas Corvalán, Miguel Luis Amunátegui (1828-1888) escribió en su biografía que su influencia fue de tal importancia para la gobernación, que hubo "un tiempo en que habría podido decirse con la mayor propiedad que el verdadero asiento del gobierno estaba, no en el palacio que el representante del rey ocupaba en la plaza principal de la ciudad, sino en la modesta casa que el síndico consulado habitaba en la calle de San Antonio" (Amunátegui, p. 116).
Complementos
- Funcionario de la gobernación del Reino de Chile
- Manuel de Salas Corvalán en el proceso emancipatorio (1810-1817)
- Manuel de Salas Corvalán en la Biblioteca Nacional
- Biografías sobre Manuel de Salas Corvalán
- Escritos de Don Manuel de Salas: y documentos relativos a él y a su familia (1910-1914)
- Fundación de la Real Academia de San Luis