Fundación de la Real Academia de San Luis

Como funcionario de la gobernación del reino de Chile (1775-1810), Manuel de Salas Corvalán mostró preocupación por las condiciones de vida de la población, las dificultades para el establecimiento de la instrucción primaria y secundaria técnica y lo que consideraba como desaprovechamiento de los recursos naturales.
En su rol de síndico del Real Tribunal del Consulado de Santiago, Salas presentó diversos informes en los que detalló su visión sobre la educación y la situación material y económica de Chile.
Entre estos informes, en Representación al consulado sobre la necesidad de establecer un aula de matemáticas (1795), propuso la creación de una cátedra de matemáticas que supliera la necesidad de enseñanza de geometría, aritmética y dibujo, ya que "sin geometría no se pueden pasar los umbrales de la física, y sin la ayuda de esta la tierra ni varía de producciones, ni los usos de ellas son conocidos en toda la extensión de que somos capaces; sin la aritmética no habrá un comerciante capaz de hacer un cálculo exacto ni una combinación útil, ni de expedirse con seguridad; sin el dibujo no pueden hacer las artes el menor progreso; y, finalmente, el trabajo de las minas, tan recomendado, nada adelantaría sin unos elementos que conducen al acierto en la metalurgia, mineralogía, maquinaria y química" (Salas, Manuel de. "Representación al Consulado sobre la necesidad de establecer un aula de matemáticas". En Escritos de Don Manuel de Salas y documentos relativos a él y a su familia. Tomo I. Santiago: Imprenta Cervantes, 1910, p. 567).
La exposición de ideas como estas -que mantuvo en los marcos del reformismo borbónico- reveló de Salas su sentido científico, naturalista y económico respecto de la educación, distinto del programa del Imperio español de fines del siglo XVIII, centrado en la tradición escolástica dominada por disciplinas como la teología y el derecho. Para Salas, la importancia de la relación entre naturaleza, ciencias, artes, economía y producción eran fundamentales al momento de diseñar un nuevo programa reformador, diferente al tradicionalismo de la Universidad de San Felipe, para sacar provecho de los recursos naturales del país (Somarriva, Marcelo. "Crear un pueblo nuevo: el concepto de naturaleza en los escritos coloniales de Manuel de Salas". Dieciocho. Volumen 40, número 1, 2017, p. 29-31).
En 1796 y 1797, Salas insistió en la creación de una institución que acogiera estas necesidades, a través de una petición que fue acogida por el gobernador Gabriel de Avilés (1735-1810), mientras que el consulado comprometió mil pesos anuales para su financiamiento. Así, el 6 de marzo de 1797 fue fundada la Academia de San Luis, nombrada en honor a la reina María Luisa (1751-1819), esposa del rey Carlos IV (1765-1819).
La Academia comenzó su funcionamiento oficial en septiembre de 1797 en una casa de la calle San Antonio, en Santiago, frente al domicilio de Manuel de Salas, su primer director. A los cursos de matemáticas se sumaron los de gramática latina y castellana y química (Amunátegui, Miguel. Don Manuel de Salas. Santiago: Imprenta Nacional. Tomo I, 1895, p. 75-79).
En 1798 la Academia fue oficialmente reconocida por el rey y se le confirió un financiamiento anual de dos mil cuatrocientos pesos, entregados por la junta de minería, el consulado y el Cabildo de Santiago. Con ello, Salas costeó el salario del ingeniero Agustín Marcos Caballero en las cátedras de matemáticas, primer profesor de la Academia, y el resto de docentes (Amunátegui, p. 80).
Este proyecto educativo consideró también a sectores populares. Parte de su presupuesto fue destinado a la entrega de alimentación, vestimenta y alojamiento; así como se propuso que niños de territorios mineros pudieran formarse en la institución, con la intención de que a su retorno pudieran ejercer alguna actividad minera (Amunátegui, p. 82).
Sobre los libros de estudio y consulta, Salas, luego de su viaje a España entre 1777 y 1783, comenzó la creación de una biblioteca que puso a disposición de los estudiantes, además de dibujos, planos de obras públicas, cartas y una esfera geográficas, un microscopio, entre otros materiales de enseñanza. Para 1801 esta biblioteca poseía más de ochocientos volúmenes (Amunátegui, p. 82-84).
Durante el proceso independentista, la Academia siguió con sus actividades. Esta continuidad, sumada la adhesión de Salas al movimiento revolucionario, permitieron que en 1813 la Junta de Gobierno encabezada por José Miguel Carrera (1785-1821) aceptara la solicitud de unificar la Academia de San Luis, el Colegio Carolino -institución humanista que educó a gran parte de la elite criolla-, el Seminario Conciliar -que entregaba formación religiosa- y la Universidad de San Felipe, lo que dio origen al Instituto Nacional (Caicedo Escudero, Jaime. "Don Manuel de Salas y la Academia de San Luis, activos participantes del proceso emancipatorio chileno". Teoria e Prática da Educação. Volumen 3, número 21, p. 13).
Con esta fusión, se consolidó la visión reformista de Manuel de Salas sobre la instrucción técnica en Chile, que influyó directamente en los líderes independentistas y en el pensamiento educacional de la república durante el siglo XIX, respecto de la noción de una educación pública, extensiva a los diferentes estratos sociales y que propiciara el desarrollo científico y material del país (Gutiérrez, Claudio. Educación, ciencias y artes en Chile, 1797-1843. Revolución y contrarrevolución en las ideas y políticas. Santiago: RIL Editores, 2011).
Complementos
- Funcionario de la gobernación del Reino de Chile
- Manuel de Salas Corvalán en el proceso emancipatorio (1810-1817)
- Manuel de Salas Corvalán en la Biblioteca Nacional
- Biografías sobre Manuel de Salas Corvalán
- Escritos de Don Manuel de Salas: y documentos relativos a él y a su familia (1910-1914)
- Fundación de la Real Academia de San Luis