Hacia fines de 1931, Juan Esteban Montero (1879-1948) encabezó un gobierno provisorio después de la dimisión de Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960) a la presidencia. Esta renuncia se dio luego de que gremios de profesionales y estudiantes se manifestaron en contra de la dictadura de Ibáñez.

Montero había sido ministro de Ibáñez y durante su gobierno provisorio "quedó encargado de asegurar la vuelta a la normalidad constitucional y emprender las medidas más urgentes de saneamiento económico". Las elecciones presidenciales quedaron fijadas para el 2 de octubre de ese año y Montero se postuló como uno de los candidatos, junto a Arturo Alessandri Palma (1868-1950), Elías Lafertte Gaviño (1886-1961) y Manuel Hidalgo (1878-1967) (Grez, Sergio. "Un episodio de las políticas del 'Tercer Período' de la Internacional Comunista: elecciones presidenciales en Chile". Historia. Volumen 48, número 2, diciembre de 2015, p. 476-478).

En este clima, entre agosto y septiembre de 1931, en la revista Para todos aparecieron tres artículos que hicieron referencia a las elecciones presidenciales. Estos artículos tenían un carácter excepcional pues, en general, Para todos no publicaba artículos sobre el acontecer político del país.

Tales artículos estaban pensados como parte de las secciones "¿Cuál es el candidato de las mujeres a la Presidencia la República?" y "Candidatos presidenciales", sin embargo, su continuidad se vio truncada por el término de la revista en septiembre de este año.

La sección "¿Cuál es el candidato de las mujeres a la Presidencia la República?" apareció por primera vez el 18 de agosto de 1931 y alcanzó a tener dos ediciones. Según explicó la misma revista, se invitaba a las mujeres a dar a conocer su opinión respecto a quién debería ser el próximo presidente de Chile.

En la presentación de la sección "¿Cuál es el candidato de las mujeres a la Presidencia la República?", Para todos quiso otorgar a sus lectoras la opción de expresar su preferencia política, por lo que señaló que, a pesar de no tener derecho a voto, las mujeres "deben tener derecho a opinar (…). Esperamos, pues, que las mujeres de todo el país, respondan ampliamente a nuestra encuesta, que queda abierta desde hoy" ("¿Cuál es el candidato de las mujeres a la Presidencia la República?". Para todos. Año IV, número 101, 18 de agosto de 1931, p. 37).

En esta primera aparición de la sección, la revista dio a conocer la opinión de mujeres ligadas al mundo cultural y educativo chileno. Sobre algunas de ellas, en el medio, se publicaron previamente artículos, como fue el caso de las entrevistas realizadas a la pianista Rosita Renard (1894-1949) y a la bailarina Andree Haas (1903-1981), por lo que estas artistas eran conocidas para el público habitual de Para todos. Las otras encuestadas fueron Amanda Labarca (1886-1975), Marta Brunet (1897-1967), Elvira Santa Cruz Ossa (1886-1960) y Juana Quindos (1882-1950). En el segundo artículo, apareció la opinión de las escritoras Adela Edwards de Salas (1876-1958), Gabriela Huneeus (1898-1958); y la profesora y autora del método de lectura, El lector de Jorge, Isaura Dinator (1885-1966), entre otras mujeres.

La mayoría de estas escritoras apoyó la candidatura de Juan Esteban Montero, de quien destacaban su mesura y que representaba la unidad. Por ejemplo, para Marta Brunet Montero encarnaba "las virtudes del Chile viejo -sobrio y honrado- necesarias a la reconstrucción del Chile libre que acabamos de recuperar".

No obstante, en la primera encuesta hubo división en las respuestas, pues unas se inclinaron por Alessandri; otras por Montero; y la opinión de algunas no fue explícita, por ejemplo, Amanda Labarca señaló que su candidato era "el que elijan los profesionales. Constituyen la masa más consciente del país. Ellos deben hacer la elección. Por mi parte, me adhiero apasionadamente a ella, seguros de que no pueden equivocarse" ("¿Cuál es el candidato de las mujeres a la Presidencia la República?". Para todos. Año IV, número 101, 18 de agosto de 1931, p. 37-38).

En contraste con esta primera encuesta, en la segunda, las encuestadas se inclinaron por la figura de Montero, sobre quien nuevamente se insistía en su prudencia. Por ejemplo, Adela Edwards señaló que lo consideraba "un hombre bueno, recto, sin ambiciones políticas" y que era su opción "porque es culto, y en todo concepto digno del vivo deseo que demuestra el país en masa de verlo elegido el primer mandatario de la Nación. En suma, porque es el único que puede proporcionarnos tranquilidad, valga decir, felicidad" ("¿Cuál es el candidato de las mujeres a la presidencia de la República?". Para todos. Año IV, número 102, 1 de septiembre de 1931, p. 37).

Además de la presentación de estas encuestas, en Para todos, apareció el texto "Candidatos presidenciales", una sección de la publicación que quedó inconclusa por el término de la revista. El artículo fue firmado por "Ariel", quien presentó la figura de Montero desde su trabajo como profesor de Derecho hasta su labor como ministro de Economía de Ibáñez.

En los momentos previos a su candidatura, según Ana Álvarez, Montero comenzó a "perfilarse como el caudillo de la causa de la constitucionalidad y la legalidad", pues se destacó "su calidad de prestigiadísimo abogado y jurisconsulto. Su patriotismo, su idealismo y su sabiduría" (Álvarez, Ana. El gobierno de Juan Esteban Montero: su origen y desarrollo, tras la caída de Ibáñez. Tesis para optar al grado de Licenciatura en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1993, p. 16-18).

En concordancia con dicha visión, en el artículo de Para todos, la figura de Montero es presentada como recta, de "lógica abstracta, con sus declaraciones sin ningún cálculo personal, sin sombra de doble intención", razones por la cual Ariel indicó que "ha encarnado irresistiblemente delante del país la figura del mandatario que todos queremos y necesitamos y ha convertido su destino en nuestro destino". Además, se le dio espacio a que diera a conocer las medidas que tenía planificadas para el resurgimiento económico del país (Ariel. "Candidatos presidenciales: Habla don Juan Esteban Montero". Para todos. Año IV, número 103, 15 de septiembre de 1931, p. 21).