La obra literaria de Pedro Prado apareció en las postrimerías del Modernismo hispanoamericano, pero anticipó algunos problemas, temas y procedimientos que fueron característicos de las vanguardias chilenas, como las variaciones formales, el uso del verso libre y la prosa poética. En la primera mitad del siglo XX, su figura fue conocida no solo por su producción individual, sino también por su participación en el grupo Los Diez.

Nacido en 1886, hijo de Absalón Prado y Laura Calvo Mackenna, inició su formación en el Instituto Nacional, continuándola en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, donde cursó Arquitectura, disciplina que ejerció posteriormente, en sociedad con Julio Bertrand Vidal (1888-1918). De manera paralela, Prado se formó como pintor recibiendo clases de Pedro Lira (1845-1915) (Silva Castro, Raúl. Pedro Prado (1886-1952). Santiago: Andrés Bello, 1965, p. 11-12).

Como arquitecto, artista y escritor, participó, además, en distintas publicaciones periódicas. En noviembre de 1910, apareció el primero de los cinco números de la Revista contemporánea (1910-1911), de la que fue director y propietario. En este mismo año, mientras realizaba sus estudios superiores, Prado fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, rol en el que promovió lazos con estudiantes de otros países de América Latina y fue parte de quienes participaron en la preparación de la revista Juventud (1911-1951). Colaboró también en la revista Los Diez -que alcanzó los cuatro números, entre septiembre de 1916 y abril de 1917-, en donde publicó el manifiesto de la agrupación homónima, Somera iniciación al Jelsé.

Su relación con Julio Bertrand, arquitecto; el crítico literario Armando Donoso Novoa (1886-1946); los escritores Manuel Magallanes Moure (1878-1924), Augusto D'Halmar (1882-1950), Ernesto A. Guzmán (1877-1960), Eduardo Barrios (1884-1963) y Alberto Ried (1885-1965); los pintores, Juan Francisco González (1853-1933) y Julio Ortiz de Zárate (1885-1946); y los músicos Alfonso Leng (1884-1974), Alberto García Guerrero (1886-1959) y Acario Cotapos (1889-1969), que conformaron el grupo Los Diez, comenzó hacia 1913 o 1914, fecha probable de las primeras reuniones de la agrupación (Oelker, Dieter. "Los Diez: Un grupo de literatos y artistas chilenos entre el Modernismo y la Vanguardia". Iberoamericana. Volumen 17, número 3/4, 1993, p. 6).

Como poeta publicó en 1908 su primer libro, Flores de cardo, que causó opiniones dispares en la crítica de la época por el uso del verso libre. En 1912 y 1913, respectivamente, publicó los poemarios La casa abandonada y El llamado del mundo. Tras Los pájaros errantes (1915) -considerada por los críticos Julio Arriagada y Hugo Goldsack como "la obra poética cumbre de Pedro Prado" (Pedro Prado, un clásico de América. Santiago de Chile: Revista Atenea, 1952)- aparecieron Las copas, libro de prosa poética publicado en la ciudad de Buenos Aires en 1919, y el poema dramático Androvar en 1925. El conjunto de libros publicados en las décadas de 1930 y 1940 -Camino de las horas (1934), Otoño en las dunas (1940), Esta bella ciudad envenenada (1945) y No más que una rosa (1946)- ha sido considerado como el fruto de un último periodo creativo de Pedro Prado caracterizado por la producción de sonetos y una reorientación hacia la temática amorosa.

En 1921, junto al escritor mexicano Antonio Castro Leal (1896-1981), publicó Fragmentos, utilizando el nombre de un poeta afgano ficticio: Karez-I-Roshan. Enmarcado por paratextos e información editorial de invención de ambos poetas, este libro circuló en Chile con una positiva recepción entre los lectores y la crítica, hasta que, al año siguiente, Prado y Castro dieron a conocer su autoría como un modo de poner en evidencia las dinámicas del círculo literario de la época.

En el ámbito de la narrativa, publicó tempranamente, en 1905, el cuento "Cuadro de estío o el inválido" en el periódico El Independiente, usando el seudónimo de Álvaro J. de Credo y, al año siguiente, el cuento "Cuando se es pobre" en la revista Zig-Zag. Fue autor de un conjunto de tres novelas, dejando un manuscrito inédito, fechado en marzo de 1923, con el título Viaje de Antón Páez a la Ciudad de los Césares, que fue publicado en 2015, tras ser encontrado en el Archivo Pedro Prado de la Biblioteca de Humanidades de la Universidad Católica de Chile.

Su primera novela, La reina de Rapa Nui, fue publicada en 1914 y Alsino, una de las obras más conocidas y editadas del autor, se publicó en 1920. En 1924, apareció su última novela, Un juez rural, que en sus primeras lecturas fue calificada como realista, calificación que ha sido problematizada por su recepción más reciente.

Luego de recibir el Premio Nacional de Literatura correspondiente a 1949 -que fue celebrada por la Escuela Nacional de Artes Gráficas con la edición de la antología Viejos poemas inéditos- y tras una vida en la que creó una obra literaria amplia y diversa, falleció en la ciudad de Viña del mar el 31 de enero de 1952.

La actualización de este minisitio se publicó durante el mes de diciembre de 2021.