Primer número de Revista de crítica cultural

En mayo de 1990 apareció el primer número de la Revista de crítica cultural, dirigida por Nelly Richard (1948-). Su consejo editorial estuvo conformado, además, por Juan Dávila (1946-), Eugenio Dittborn (1943-), Diamela Eltit (1949-), Carlos Pérez Villalobos (1954-) y Adriana Valdés (1943-). El diseño de la publicación fue responsabilidad de Carlos Altamirano Valenzuela (1954-).
Respecto al momento de aparición del primer número, Richard comentó que el medio se publicó "justo después de la transmisión del mando político que simbolizó la reapertura de Ia democracia en Chile"; es decir, dos meses luego de que Patricio Aylwin Azócar (1918-2016) asumiera la presidencia. La autora destacó tal fecha pues el proyecto de Ia revista estaba "múltiplemente ligado a los dos periodos reunidos en ella: el periodo de Ia dictadura militar en Chile con sus trastocamientos históricos del vivir y del pensar en Chile, el periodo de la transición democrática con sus redefiniciones de los nexos entre cultura, sociedad e instituciones" (Richard, Nelly. "Introducción". Arte en Chile desde 1973: escena de avanzada y sociedad. Santiago: FLACSO, 1987, p. 471).
La Revista de crítica cultural tuvo algunos antecedentes que -durante la dictadura- intentaron "abrir espacios editoriales que le dieran cabida a las producciones críticas y artísticas que ocurrían en el campo cultural 'alternativo' chileno, como fueron los casos de Manuscritos, publicación de número único dirigida por Cristián Huneeus (1937-1985) y editada por Ronald Kay (1941-2017), con la colaboración de Jorge Guzmán (1930-), Cástor Navarrete, Nicanor Parra (1914-2018) y Raúl Zurita (1950-); y el sello editorial V.I.S.U.A.L., creado por Eugenio Dittborn, que publicó los libros Dos textos de Nelly Richard y Ronald Kay sobre 9 dibujos de Dittborn (1976) y Final de pista (1977) de Eugenio Dittborn (Ramírez, Carolina. "Producir una empresa editorial: el caso de la Revista de Crítica Cultural en Chile". Alpha. Número 26, julio de 2008, p. 271-272).
En el primer número de la Revista de crítica cultural, colaboraron artistas, escritoras y escritores vinculados con la Escena de avanzada, además de otros pensadores como los argentinos Nicolás Casullo (1944-2008) y Néstor García Canclini (1939-), el inglés Guy Brett (1949-2021), el uruguayo Hugo Achugar (1944-) y los chilenos Julio Ortega (1942-) y Eugenia Brito (1950-). También colaboraron Carlos Pérez Villalobos, Adriana Valdés y Nelly Richard, quienes no "solo resaltan por ser los 'editores' sino, también, por ser los 'escritores/artistas', quienes ayudan a construir la entrega inaugural y, con ello, a fundar el proyecto. Todos tienen un espacio en ese número y la mayoría lo ocupa para avalar los trabajos de sus compañeros o, bien, para legitimar producciones que dialogan con la línea editorial de la revista" (Ramírez, p. 267).
Desde el punto de vista de la recepción de este primer número, el texto "Estéticas de la oblicuidad" de Nelly Richard ha sido comentado por la referencia a las nuevas estéticas que emergieron en el periodo dictatorial.
"Estéticas de la oblicuidad" articuló "los discursos y las relaciones que la revista establece con campos como la literatura, las artes visuales y la sociología" y estableció que "las estéticas de la oblicuidad" a las que Richard refiere "son las estrategias transversales, que reflexionan sobre la ambigüedad del lenguaje como gesto estético" (Silva, Macarena. "La Revista de Crítica Cultural y el trabajo de Nelly Richard. Estéticas transdisciplinarias y escenas de escritura". Taller de Letras. Número 54, 2014, p. 175-176).
En este número, Richard presentó algunos ejemplos de obras que dieron cuenta de esas "estéticas de la oblicuidad", las que se desplegaron "no solo para escapar a los dispositivos del orden, sino también en, y sobre todo, para subvertirlos: la ambigüedad, la problematización de la presentación como montaje discursivo tendían a fracturar el mensaje oficial de una 'verdad única' en combate 'a favor de lo múltiple y lo fragmentario, de lo parcial y de lo inconcluso, de lo heterogéneo y de lo inestable', contra toda forma de totalización'" (Pagni, Andrea. "Transdisciplinareidad y disctadura. La Revista de crítica cultural (1990-1998). Puesta en escena de un discurso". Literatura chilena hoy: la difícil transición. Madrid: Iberoamericana, 2002, p. 143).
Entre las manifestaciones que presentó Richard, mencionó, por ejemplo, la novela Por la patria (1986) de Diamela Eltit (1949-), libro en el que "la memoria clandestina" desmiente la "versión monologada por la historia oficial mediante una juntura de subrelatos discordantes, campo de batalla de narraciones en disputa de la legitimidad y persuasión encargadas de frustrar toda síntesis recapituladora y quebrar la recta historicista de los desenlaces programados" (Richard, p. 7).