Subir

Certámenes literarios de la Academia de Bellas Letras

Como una iniciativa para cultivar el arte literario, la Academia de Bellas Letras organizó certámenes dramáticos y poéticos durante la década de 1870. Esta instancia no solo significó un incentivo a la creación, sino que también permitió a miembros de la Academia dar a conocer sus puntos de vista sobre las obras presentadas en su rol de jurados.

Desde las primeras sesiones de la Academia se discutió la necesidad de que la agrupación impulsara certámenes dramáticos. Esta idea surgió a partir de la intervención de José Victorino Lastarria (1817-1888) en mayo de 1873, quien expresó la falta de estudio del drama en Chile; vacío que se daba porque "en realidad no existe el teatro" en el país (Lastarria, José Victorino. En Barra, Eduardo de la. "Academia De Bellas Letras". Sud-América. Tomo 1, número 4, 25 de junio de 1873, p. 432).

Para Lastarria, si bien el teatro había existido hacía cuarenta años en Chile, perdió vigencia por la introducción de la ópera italiana, en la que se dejaba la poesía en segundo lugar y a la que se asistía "solo a oír la música, como si se fuera a un concierto". Lastarria expresó que esta falta de desarrollo del teatro había dejado a una "generación entera" sin conocerlo, careciendo de "toda distracción artística" (Lastarria, p. 432).

Ante este panorama, Lastarria propuso la organización de un premio anual al mejor drama o comedia en prosa o verso, con un jurado compuesto por miembros de la agrupación. Además, planteó que la Academia iba a fundar una escuela de declamación con lecciones semanales, "proporcionándose un profesor idóneo, cuyo honorario será ajustado por contrato especial, según las condiciones de la enseñanza" (Lastarria, p. 434).

Si bien la escuela de declamación no se llevó a cabo, la idea del certamen tuvo eco entre los miembros de la Academia y en 1873 la agrupación realizó el primer concurso dramático. A este se presentaron catorce obras y el jurado estuvo compuesto por Diego Barros Arana (1830-1907), Miguel Luis Amunátegui (1828-1888) y Luis Rodríguez Velasco (1838-1919). El primer premio fue para Quien mucho abarca… de Rafael Jover (1845-1896), con dos votos; La mujer-hombre de Román Vial (1833-1896) obtuvo un voto. Sobre la pieza ganadora, el jurado comentó que se trató de un "juguete cómico concebido con ingenio escrito en lenguaje notablemente castizo, versificado con elegancia y desenvuelto con conocimiento del arte dramático" (Amunátegui, Miguel Luis y Barros Arana, Diego. "Informe de la comisión encargada de examinar las composiciones dramáticas presentadas al certamen abierto por la Academia de Bellas Letras". En Lastarria, José Victorino. Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968, p. 417).

Aunque la Academia no continuó realizando certámenes dramáticos anuales, sí organizó un concurso en 1876 que, inicialmente, iba a premiar "una novela y una composición dramática del género cómico", pero, al presentarse solo una novela, el concurso de este género quedó desierto (González, Marcial "Sesión solemne del cuarto aniversario celebrado en 27 de mayo de 1877. Memoria del Vicedirector". En Lastarria, José Victorino. Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968, p. 447-448). De las cinco comedias recibidas, se galardonó a Todo menos solterona de Arturo Givovich (1855-1905) (Anrique, Nicolás. Ensayo de una bibliografía dramática chilena. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes, 1899, p. 80).

En 1875, la Academia de Bellas Letras organizó un certamen de poesía, en el contexto de la Exposición Internacional organizada por la Sociedad Nacional de Agricultura. Esta tuvo un carácter oficial y respondió "a intereses varios, como la dinamización de los productos chilenos en los mercados internacionales, pero, sobre todo, a la necesidad de modernización tecnológica de la principal industria nacional: la agrícola, entonces golpeada por la crisis global del sector". A la par de este propósito, "también se aprovechó para realizar una puesta en escena del país" (Murillo, Juan. "De lo natural y lo nacional. Representaciones de la naturaleza explotable en la Exposición Internacional de Chile de 1875". Historia. Volumen 1, número 48, 2015, p. 250-251).

En este certamen se premiaron un himno a la industria y una balada dedicada a la fraternidad del trabajo. El himno ganador debía ser una composición musical que se ejecutara "a grande orquesta, y constará de coro y estrofas", mientras que la balada debía servir a "un canto de voces solas", con "un metro marcado y cadencioso" (Lastarria, José Victorino. "Sesión solemne del segundo aniversario celebrada el 11 de abril de 1875. Memoria del Director". Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968, p. 421).

En la primera convocatoria del certamen poético -cuyo jurado estuvo compuesto por Miguel Luis Amunátegui, Diego Barros Arana, y Francisco Solano Astaburuaga (1817-1892)- se declaró desierto el premio para el himno. En la categoría de la balada ganó "A la fraternidad de la industria" de Eduardo de la Barra (1839-1900).

En la segunda convocatoria del certamen, el jurado -integrado por Justo Domingo Arteaga Alemparte (1835-1880), Adolfo Valderrama (1834-1902) y Manuel Antonio Matta (1826-1892)- dio como ganador nuevamente a De la Barra con la composición "Himno".

Sobre "A la fraternidad de la industria", los jueces indicaron que "el buen gusto con que se han reunido los rasgos primordiales que caracterizan a la industria, la facilidad de la versificación, y sus acertadas y pintorescas expresiones poéticas, dan a esta composición una superioridad incontestable sobre todas las que se han presentado a los dos certámenes" (Amunátegui, Miguel Luis; Barros Arana, Diego y Astaburuaga, Francisco Solano. "Informe del jurado sobre el certamen poético". En Lastarria, José Victorino. Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968, p. 424). En el caso de "Himno", el jurado señaló que los cinco poemas que fueron finalistas merecían "ser aplaudidos", pero que el himno ganador había destacado, además de "su mérito intrínseco, por consultar mejor los requisitos peculiares al tema propuesto" (Arteaga Alemparte, Domingo; Valderrama, Adolfo y Matta, Manuel Antonio. "Informe del segundo jurado sobre el certamen poético". En Lastarria, José Victorino. Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968, p. 433). Estos dos poemas fueron publicados en septiembre de 1875, en el primer número del Correo de la Exposición, medio oficial del evento.

Con posterioridad a este concurso, la Academia celebró otros dos certámenes que tuvieron como fin la celebración de la independencia de Chile. Así, organizó un certamen poético en septiembre de 1875, en el que fue premiada la oda "Al dieciocho de septiembre" de Manuel A. Boza. En el informe, el jurado expresó que las odas se caracterizaban por "el entusiasmo y pasión" y, por esa razón, debían ser "cortas si no se quiere decaer, porque no se puede sostener por mucho tiempo el espíritu en la atmósfera de los pensamientos y de las imágenes sublimes, y porque faltaría casi siempre el aire aun a los ingenios más aventajados que tal temeridad quisieran acometer". Con este criterio en consideración, el jurado dio como ganadora a la oda "Al dieciocho de septiembre" de Manuel A. Boza. Al año siguiente, se abrió otro certamen que premió la oda "Manuel Rodríguez" (González, p. 447-448).