Subir

Deportes en La Nación

En las primeras décadas del siglo XX el deporte de tipo aficionado y profesional se constituyó como un evento público a nivel nacional, además de ser una de las principales formas de esparcimiento, entretención y sociabilidad para las clases sociales acomodadas y de politización y recomposición moral en los sectores populares, los que crearon formas de construcción identitaria tanto con la creación de clubes deportivos, que evolucionaron internamente y se constituyeron también como espacios de organización política, así como con la aparición de figuras o personalidades de diferentes deportes. En ese sentido, la proliferación de la publicidad e información deportiva permitió la popularización del deporte como forma de desarrollo social y de creación de nuevos modelos a seguir (Santa Cruz, Eduardo. "Los comienzos de nuestro Olimpo. Los deportistas como nuevas figuras públicas en Chile en las primeras décadas del siglo XX". Comunicación y Medios. Número 17, 2006, p. 2).

Desde fines del siglo XIX existió un afán por informar sobre estas actividades, aunque la mayoría de las revistas que aparecieron pertenecían a clubes particulares o asociaciones populares, órganos que escribían para un público acotado. Hacia mediados de la década de 1910 el deporte se masificó en la sociedad chilena y algunas disciplinas comenzaron a profesionalizarse, como el fútbol o el boxeo, camino que también siguió la prensa especializada, con la aparición de las primeras revistas deportivas de carácter masivo, con periodistas dedicados exclusivamente a esos temas.

Esta tendencia fue seguida rápidamente por diarios y periódicos, que vieron en las publicaciones sobre deportes una importante competencia comercial, lo que empujó a directores y editores a crear secciones de información deportiva al interior de sus prensas.

De esa forma, las secciones deportivas abiertas en los diarios "servían de tribuna a las organizaciones y actores deportivos. Aparecían las citaciones a reuniones, partidos o torneos y otras actividades internas de los clubes, como también muchas veces se publicaban los acuerdos de dichas sesiones. De igual manera se daba cuenta de la fundación de nuevos clubes y de forma más bien irregular e incompleta hasta después de 1910 de las alternativas y resultados de los partidos y campeonatos" (Santa Cruz, Eduardo. "Prensa, espacio público y modernización: las revistas deportivas en Chile (1900-1950)", Recorde: Revista de História do Esporte. Volumen 5, número 2, julio-diciembre de 2012, p. 5).

Desde su fundación, el diario La Nación siguió esta tendencia dedicando parte importante de sus secciones -por lo general dos o tres páginas- a informar sobre los espectáculos y competencias deportivas, nacionales e internacionales.

En sus primeros años de incursión en este ámbito, los principales artículos se centraron en los deportes más practicados por la clase alta, como la hípica o los paperchase (exhibiciones de equitación), el waterpolo, la lucha grecorromana y el automovilismo.

Posteriormente, el fútbol, el boxeo y el tenis tomaron mayor protagonismo y popularidad, lo que llevó a estas disciplinas -junto con la hípica- a monopolizar el espacio de publicación, destacando los campeonatos y competencias nacionales e internacionales. Otra de las particularidades de La Nación -aproximadamente desde 1920- fue la inserción de portadas exclusivas, centradas en acontecimientos deportivos nacionales y del extranjero, que elevaron el estatus de deportistas destacados y sus disciplinas al mismo nivel que acontecimientos como las elecciones presidenciales y parlamentarias o acontecimientos internacionales como la primera Guerra Mundial.

En ocasiones, La Nación se involucró en la discusión de diversos temas relacionados con el deporte y su impacto en la sociedad, por medio de columnas escritas por sus periodistas o corresponsales especializados. Aunque su labor fundamental fue la de informar sobre los acontecimientos deportivos, igualmente aparecieron en sus páginas columnas sobre la necesidad de insertar clases de educación física en las escuelas y fomentar la práctica de diversos deportes en hombres y mujeres. El propósito fundamental, sin embargo, fue la construcción del deporte como un espectáculo relevante en la opinión pública, como parte del producto informativo que las empresas periodísticas podían vender al público, lo que significó un cambio significativo en la forma de entender la prensa deportiva.