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desarrollo de la litografía

El 15 de octubre de 1832 se dictó una ley cuyo propósito era aumentar la producción de lino y cáñamo en Chile, liberando ambas especies de impuestos por diez años. Esto llamó la atención del profesor del Instituto Nacional y taquígrafo del Congreso, Francisco Solano Pérez, quien escribió una obra llamada Memoria sobre el cultivo y beneficio del lino y cáñamo en Chile. En el libro, dibujados de su propia mano, encontramos las primeras ilustraciones litográficas impresas en nuestro país. Todas las litografías llevan la firma "Lit. por Pz."

Entre otras obras pioneras de la litografía en Chile encontramos el plano de Santiago, inserto en El Chileno instruido en la historia topográfica, civil y política de su país (1834), litografiado por F.B.V. Hacia 1837 existía ya un no despreciable contingente de litógrafos extranjeros, entre los cuales destacaron el suizo César Hipólito Bacle, quien probablemente transmitiera el oficio de la litografía al francés Jean Baptiste Lebas; o el también francés José Desplaques, en cuyo taller se imprimieron partituras e ilustraciones de libros didácticos.

Uno de los litógrafos más renombrados, no sólo por su oficio, sino también por su habilidad como dibujante, fue el francés Narcise Edmond Joseph Desmadryl. Llegó a Chile en 1850, precedido de la fama cosechada en París, y contribuyó con importantes estampas para la iconografía histórica nacional. Entre ellas, la serie de retratos litográficos de chilenos ilustres de la época, cuyas semblanzas fueron adaptadas de pinturas originales de distintos autores.