La generación de "los novísimos"
Detrás del gesto fundacional de Juan Agustín Palazuelos de aglutinar a los miembros de su generación en torno a la denominación "los novísimos", estuvo la mano de José Donoso, su mentor y padrino literario. Con ello, pretendía irritar a los escritores de su propia generación, la de 1950, particularmente a Enrique Lafourcade, el principal promotor y vocero de esta. El 19 de diciembre de 1962, Donoso escribió un artículo en la revista Ercilla, de la cual era redactor, que tuvo la delicadeza de no firmar. El artículo, titulado "Adolescente en el laberinto de Teseo", presentaba en sociedad a su ahijado literario y a otros autores jóvenes como Antonio Avaria y Poli Délano. En dicha crónica, Palazuelos señaló que para él y los suyos, "la generación del 50 no tiene ninguna importancia desde el punto de vista literario. Nada de lo producido por ellos dejó influencia en nosotros. Por lo mismo no estamos en contra de ella, sino que simplemente no nos interesa".
Para Juan Agustín Palazuelos la principal diferencia que existía entre los jóvenes de los sesenta y sus antecesores de los cincuenta estaba en que en los primeros "la rabia se volcaba hacia el interior" y había mayor formación cultural y preocupación por el estilo. Entre los prosistas que mencionaba Palazuelos como compañeros suyos, estaban Poli Délano, Cristián Huneeus, Luis Domínguez, Antonio Avaria, Mauricio Wacquez, Antonio Skármeta, Carlos Morand, y Carlos Ruiz- Tagle. Una semana más tarde, el 26 de diciembre, Donoso escribió otro artículo en Ercilla, esta vez con su firma, donde, junto con presentar a algunos de sus autores, anunciaba el desarrollo de unas "Jornadas para la novísima generación". Como resultado de ellas se pretendía publicar una nueva antología de cuento, que replicara el modelo impuesto por la paradigmática recopilación publicada una década antes por Enrique Lafourcade.