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Nuevo minisitio examina la Academia de Bellas Letras, asociación de intelectuales liberales del siglo XIX

José Victorino Lastarria fue el director de este grupo que entre 1873 y 1881 se reunió en Santiago para exponer y discutir problemas literarios y científicos.

03 de abril de 2024

En un nuevo minisitio, Memoria Chilena aborda el funcionamiento y las publicaciones de la Academia de Bellas Letras (1873-1881). Una cápsula sobre esta agrupación existía antes en el minisitio sobre revista Sud-América (1873-1874), publicación que difundió en varias ocasiones las presentaciones de la Academia. Una investigación desarrollada en 2022 permitió elaborar un nuevo minisitio sobre el grupo de personas que, bajo la dirección de José Victorino Lastarria, se reunió para discutir sobre literatura y ciencia.

Para elaborar este minisitio se digitalizaron diversas fuentes provenientes de las secciones Revistas, Chilena y Sala Medina de la Biblioteca Nacional, con las que fue posible indagar acerca de discursos, ceremonias, reuniones y presentaciones que se llevaron a cabo dentro de la Academia de Bellas Letras. El minisitio también se conecta con algunos de los principales integrantes de la asociación, como Diego Barros Arana, Miguel Luis Amunátegui, Benjamín Vicuña Mackenna, Domingo Arteaga Alemparte, Eduardo de la Barra, Augusto Orrego Luco, Luis Rodríguez Velasco, Marcial González y Fanor Velasco, así como con mujeres que participaron de sesiones como Lucrecia Undurraga y Rosario Orrego.

La Academia de Bellas Artes fue fundada en 1873 por José Victorino Lastarria en Santiago. El 26 de abril de ese año, en su sesión inaugural, Lastarria ofreció un discurso en el que explicó el objetivo de la Academia -cultivar el arte literario- y su intención de que allí participaran intelectuales de Chile y de otros países americanos. En Memoria Chilena se puede visualizar ese discurso que fue publicado el mismo año en la Revista de Santiago (1872-1873).

Estatutos de la Academia de Bellas Letras

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Las reuniones, su funcionamiento y la manera de participar en ellas, se aborda en otra cápsula que reúne objetos como los estatutos -firmados por Lastarria, como director, y Eduardo De la Barra, secretario- y actas de las sesiones. Dentro de esos documentos manuscritos se pueden encontrar firmas y rúbricas de los miembros de la Academia, información que fue identificada con precisión en la catalogación de cada documento. Este material da cuenta de las primeras preocupaciones de la Academia: entre ellas, quiénes podían integrar la asociación, los estandartes oficiales, las lecturas y los temas que fueron discutidos, y finalmente la preocupación por registrar sus actividades. De esta inquietud derivó la propuesta de publicar las actas en la revista Sud-América (1873-1874).

Algunas conferencias presentadas dentro de la Academia de Bellas Letras son destacadas en el minisitio. "Idea de la lingüística o Ciencia del Lenguaje", por Francisco Astaburuaga, fue una de las primeras presentaciones en divulgar generalidades de la lingüística, área del conocimiento que en Chile aún estaba en una etapa precientífica. "Observaciones sobre el cerebro de los criminales", a cargo del médico y profesor de anatomía Augusto Orrego Luco,
revisó doctrinas científicas con vigencia en la época -como la anatomía patológica y la frenología- que proponían la existencia de una relación entre predisposiciones anatómicas del cerebro y la comisión de crímenes.

La Academia también tuvo entre sus iniciativas realizar certámenes literarios. El primero de ellos fue la instauración de un premio anual para una obra dramática, pues en evaluación de Lastarria, se observaba un vacío de conocimiento en aquel ámbito por una parte de la población. Entre las obras que participaron estuvo Quien mucho abarca… de Rafael Jover y La mujer-hombre de Román Vial. En 1975, la Academia también realizó dos concursos de poesía: uno dentro de la Exposición Internacional organizada por la Sociedad Nacional de Agricultura, en el que resultaron ganadoras las obras Himno y Canto a la fraternidad en la industria de Eduardo de la Barra, y otro, con el fin de celebrar la Independencia de Chile, que tuvo como obra ganadora la oda Al dieciocho de septiembre de Manuel A. Boza.

El minisitio también presenta el libro Suscrición de la Academia de Bellas Letras a la estatua de Don Andrés Bello, que fue publicado por la Academia en 1874. Su objetivo era reunir fondos para la realización de una estatua de mármol en honor a Andrés Bello, quien había fallecido casi una década antes. El volumen incluyó una biografía escrita por Miguel Luis Amunátegui y un poema de Daniel Barros Grez. También fueron sumadas obras que no se relacionaban directamente a Bello, sino que eran sobre otros tópicos de letras y ciencias de Chile. La negativa recepción crítica al libro se examina a través de dos artículos que publicó La Estrella de Chile (1867-1879) en 1975, escritos por Guillermo Herrera y Rómulo Mandiola.


Nuestro encabezado de redes sociales reutiliza imágenes de documentos digitalizados que forman parte del Patrimonio Cultural Común del minisitio Academia de Bellas Letras (1873-1881):

Las fuentes son:


Revisa nuestro anterior minisitio:

Alberto Cruz Covarrubias (1917-2013): En 1975 recibió el Premio Nacional de Arquitectura, dejando como legado una nueva forma de entender y enseñar la arquitectura en Chile, por medio de la observación directa de la ciudad, el dibujo y la relación entre arquitectura y poesía.

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