La Revista de Santiago (1899)

La Revista de Santiago fue una publicación periódica chilena editada entre agosto y septiembre de 1899, a cargo de Francisco Contreras (1877-1933). La revista aparecía los días domingo y alcanzó a publicar tres números.
La Revista de Santiago fue el segundo medio fundado por Contreras, tras Lilas y Campánulas (1897-1898).
En el contexto de fines del siglo XIX e inicios del XX, por medio de las revistas literarias, los autores y autoras chilenos se "apropiaron" de distinta forma de la sensibilidad modernista en boga con la llegada de Rubén Darío a Chile, entendiéndola como una "posibilidad de rebelarse frente a los cánones decimonónicos uniformadores de la producción literaria", en su pugna por "la originalidad y la ruptura de las reglas" (Alvarado, Marina. "Discusiones en torno al modernismo de las revistas literarias chilenas (1895-1901)". Anales de Literatura Chilena. Número 17, 2012, p. 100).
La Revista de Santiago y Lilas y campánulas fueron consideradas las mayores representantes del modernismo en Chile debido a las ideas que expresaron en sus editoriales y también por la difusión de obras de autores vinculados a esta nueva sensibilidad (Alvarado, p. 93).
En el editorial de su primer número, titulado "Portada" y firmado por "La Dirección", La Revista de Santiago especificó que estaba orientada a la juventud, a extender sus relaciones intelectuales con Latinoamérica y España "mediante la franca circulación de sus ediciones en tales países" y a dar a conocer a sus lectores a "los más celebrados literatos de Europa y América, publicando colaboraciones suyas o fragmentos de sus más hermosas obras como también sus retratos acompañados" (La Dirección. "Portada". La Revista de Santiago. Número 1, 15 de agosto de 1899).
La revista presentó textos de autores contemporáneos como el cubano Julián del Casal (1863-1893), el chileno Samuel Antonio Lillo (1870-1958), el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), el francés Alphonse Daudet (1840-1897) o el español Salvador Rueda (1857-1933). Sobre estos tres últimos escritores se incluyeron semblanzas escritas por Francisco Contreras.
El medio, que llevó por subtítulo "Periódico literario ilustrado", también fue parte del grupo de publicaciones chilenas que hacia fines del siglo XIX se caracterizaron por un "cambio de mentalidad que propicia la profesionalización de sus trabajos, que ahora requieren un desarrollo mucho más integral, y alcanza a un nuevo público", por medio de la integración de otro tipo de recursos como "las mejoras en el campo del diseño, la tipografía y el color", como Santiago Ilustrado (1897-1898) y El Búcaro Santiaguino (1899) (Monsalves, Jorge. Breve historia de la narrativa gráfica chilena: un viaje por la historieta nacional y una mirada a la reflexión académica. Tesis para optar al grado de Magíster en Literatura Hispánicas. Universidad de Concepción, 2017, p. 72).
La Revista de Santiago contó con páginas de humor y dibujos del ilustrador y cartógrafo Emilio Dupré, "un talento que comenzaría a destacar a principios del siglo XX" en medios como La Lira Chilena (1898-1907), Zig-Zag (1905-1964) o La Ilustración (1899-1900) (1900-1905). También, en su segundo número incluyó "Un dulce mal guardado", tira cómica a doble página con el subtítulo de "Historia sin palabras" (Monsalves, p. 72).