En 1909, se fundó la Sociedad de Folklore Chileno en Santiago, asociación académica liderada por Rodolfo Lenz (1863-1938). Esta organización abordó los estudios del folclor desde una perspectiva científica y "fue clave en poner los cimientos de un método y acercar esta disciplina al ambiente universitario, en el cual se desarrollaría a plenitud posteriormente" (Donoso, Karen y Tapia, Carolina. "(De)construyendo el folclor: historia de su conceptualización en la academia universitaria chilena durante el siglo XX". Mapocho. Número 82, segundo semestre de 2017, p. 133-134).

Antes de la fundación de la Sociedad de Folklore Chileno hubo intelectuales -considerados los "precursores" en el estudio del folclor, entre los que se ha destacado, especialmente, a Rodolfo Lenz y a Eduardo de la Barra (1839-1900)- que tuvieron una "visión de los bienes comunes y tradicionales como integrales de una materia independiente susceptible de una consideración particular, propia, fundamentada más bien en procedimientos de estudios que en los de pura aplicación" (Dannemann, Manuel. "Los estudios folklóricos en nuestros ciento cincuenta años de vida independiente". Anales de la Universidad de Chile. Año 118. Número 120, 1960, p. 205). Lenz, en la segunda nota al pie de su texto "Ensayos filológicos americanos" de 1894, mencionó que "las sociedades folkloristas florecen en todas partes, también en España, lo que prueban sus numerosas espléndidas revistas; sería tiempo que se principiara igual estudio también en los países jóvenes y tan desconocidos de América" (Lenz, Rodolfo. "Ensayos filológicos americanos". Anales de la Universidad de Chile. Tomo 87, 1894, p. 132". Por su parte, Eduardo de la Barra, en Carta al Profesor D. Rodolfo Lenz sobre su introducción al estudio del lenguaje vulgar en Chile, a propósito de la publicación de Ensayos filológicos americanos, planteó su adhesión al "ambicioso proyecto integral de fundar el 'Folklore Chileno', en lugar de perderse 'en pequeños esfuerzos aislados como el estudio de la lengua huasa'" (Dannemann, Manuel. "Los estudios folklóricos en nuestros ciento cincuenta años de vida independiente". Anales de la Universidad de Chile. Año 118. Número 120, 1960, p. 205).

El primer directorio de la Sociedad de Folklore Chileno estuvo formado por Rodolfo Lenz como presidente, Ramón Laval Alvear (1862-1929) y Julio Vicuña Cifuentes (1865-1936) en los cargos de directores, Agustín Cannobbio Galdames (1879-1958) como tesorero y Eliodoro Flores Toledo (1879-1933) en el puesto de secretario de la Sociedad.

En 1909, se publicó el volumen Programa de la Sociedad de Folklore Chileno, en el que se incluyeron los estatutos de la asociación; el texto "Etnología y Folklore" de Rodolfo Lenz; el "Ensayo de programa para estudios de Folklore Chileno" que Lenz había presentado en 1905 en la Universidad de Chile; y el artículo "Fonética chilena y reglas para la transcripción de documentos en dialecto chileno", texto orientado a la transcripción que debían considerar los recopiladores de tradición oral.

En los estatutos de la Sociedad de Folklore Chileno se indicó que su objetivo era "fomentar el estudio del folklore chileno y facilitar la publicación de toda especie de trabajos referentes a esta ciencia". También se mencionaron los mecanismos de participación a partir de sesiones ordinarias en las que se iban a discutir temas "de interés para la sociedad y relativos al folklor" y sesiones públicas en las que se leerían trabajos aprobados previamente por el Directorio (Sociedad de Folklore Chileno. "Sociedad de Folklore Chileno. Estatutos". Programa de la Sociedad de Folklore Chileno: fundada en Santiago de Chile el 18 de Julio de 1909. Santiago: Impr. y Encuadernación Lourdes, 1909, p. 3-4).

En el texto "Etnología y Folklore", Rodolfo Lenz se refirió al concepto de folclor a partir del texto Die Volkskunde: ihre Bedeutung, ihre Ziele und ihre Methode del historiador austriaco Raimund Friedrich Kaindl (1866-1930), de 1903), manual en el que resumió la importancia, fin y método de la etnología (Spencer, Christian; Contreras, Antonieta y Rammsy, Gabriel. "Historia, producción y continuidad de la Sociedad de Folklore Chileno (1909-2008)". Recial. Volumen X. Número 16, 2019, p. 9). Lenz indicó que el término "Folklore" fue usado por primera vez por el escritor inglés William John Thoms (1803-1885) en el año 1846 y que, inicialmente, se utilizaba para referirse a "los materiales mismos y no a la ciencia que recoge, ordena y estudia estos materiales, era 'el saber del pueblo' y no 'la ciencia que versa sobre el pueblo" (Lenz, Rodolfo. "Etnología y Folklore". Programa de la Sociedad de Folklore Chileno: fundada en Santiago de Chile el 18 de Julio de 1909. Santiago: Imprenta y Encuadernación Lourdes, 1909, p. 8-9).

Respecto a la definición de folclor, Lenz señaló que era una rama de la etnología que "tendría que buscar la mayor parte de los materiales que se necesitan para la aplicación del método inductivo y comparado en la etnología. Recoge los mitos y todas las manifestaciones de las creencias populares, las leyendas, las consejas, los cuentos, cantos y proverbios, las supersticiones y costumbres". Explicó que la etnología debía tomar en cuenta todas las naciones del mundo, "cualquiera que sea su grado de civilización y parentesco", mientras que "el folklore se limita a una sola nación o un grupo de naciones que tienen historia común, pero puede también limitarse hasta a una sola provincia y aún a una sola clase de individuos: podría, por ejemplo, hablarse de un folklore de los pescadores chilotes, del minero, del marinero o del bandido chileno" (Lenz, p. 5-9).

Respecto a las materias estipuladas en el "Ensayo de programa", se expresó que los estudios de la Sociedad se dividían en cuatro grandes áreas: "Literatura, Música y Coreografía"; "Artes Plásticas y Ornamentales", "Costumbres y Creencias" y el "Lenguaje Vulgar". En relación con estas áreas propuestas, se ha señalado que "este programa, jamás cumplido, planteó por primera vez un itinerario racial y geográfico (urbano y rural) de corte inclusivo para el folclore chileno, señalando la necesidad de utilizar la etnología para conocer el acervo oral del país 'desde abajo', esto es, a partir de su propia gente". En este sentido, se ha considerado el trabajo de la Sociedad de Folklore Chileno como el inicio formal de los Estudios Folclóricos Chilenos, "entendiendo por ello un espacio para el desenvolvimiento de investigaciones sobre la oralidad y la tradición (llevadas a cabo con un método específico y en plazos acotados) por parte de un grupo de intelectuales varones, en un contexto político y social común" (Spencer, Contreras y Rammsy, p. 2).