En el período de Guillermo Feliú Cruz, la revista ganó numerosos suscriptores gracias a la calidad de sus artículos y a la información actualizada que allí se presentaba. Las secciones estaban divididas de la siguiente manera: los ensayos que eran de larga extensión ocupaban la mayor cantidad de páginas; a continuación aparecía "Notas bibliográficas" que era una lista de libros publicados, cada uno acompañado por una breve reseña. En las últimas páginas se integraba un fascículo con una guía de los servicios ofrecidos por la Biblioteca a sus usuarios. Por ejemplo, en el primer número dicho fascículo dio cuenta de las diversas áreas del establecimiento y los nombres de los funcionarios que desempeñaban sus jefaturas.

Hasta 1966, la revista mantuvo un diseño sobrio. En la portada, un grabado del Puente Cal y Canto estaba ubicado en la parte superior de la página y bajo éste, en letras rojas, se anunciaba el título: Mapocho. Órgano de la Extensión Cultural.

Escritores, dramaturgos, historiadores, sociólogos, músicos, filósofos, antropólogos fueron asiduos colaboradores. Durante esta época participaron, entre muchos otros: Fernando Alegría, Eduardo Anguita, Braulio Arenas, Efraín Barquero, Julio Barrenechea, Jorge Díaz, Pedro Lastra, Ricardo A. Latcham, Alfredo Lefebvre, Enrique Lihn, Andrés Sabella, Raúl Silva Castro, Jorge Teillier, Mario Ferrero, Elena Martínez Chacón, Mario Ciudad, Enrico Castelli, Ernesto Galiano.