Subir

Pedro Prado y la arquitectura

¿Qué hacen allí, bajo el clima dulce de la costa central de Chile, los enormes techos puntiagudos? Chalets suizos, ingleses, ideados para dejar escurrir la nieve, ¿qué papel representan besados por el aire liviano y tibio?

(Prado, Pedro. "Orientación de la arquitectura". Ensayos sobre la arquitectura y la poesía. Santiago: Imprenta Universitaria, 1916, p. 26-27).

Pedro Prado -poeta y novelista reconocido con el Premio Nacional de Literatura en 1949-, ingresó a estudiar Arquitectura en el año 1907, carrera impartida en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. En esta sede universitaria, ubicada en "la casona de los Izaga, en la Alameda, al pie del Santa Lucía", asistió a las cátedras de "Alberto Cruz Montt, Francisco Mardones y del catalán don José Forteza" (Rodríguez Villegas, Hernán. "Los diez y la arquitectura". Los diez en el arte chileno del siglo XX. Santiago: X Los Diez. Ediciones de Filosofía, Arte y Literatura, 1976, p. 55).

A pesar de no concluir sus estudios, trabajó en Santiago en el diseño y construcción "de casas de las cuales hemos perdido sus rastros" pues "nunca las individualizó ni colocó su nombre en ellas", así como en la hacienda perteneciente a su familia, ubicada en la chacra Santa Laura, actual calle Mapocho, en la comuna de Quinta Normal, en donde, "respetando la antigua arquitectura" de la hacienda, agregó "pabellones y cuartos, esculpidas chimeneas y bancos, labradas vigas y elaboradas rejas de simbólico diseño" (Rodríguez Villegas, p. 62).

Sus proyectos arquitectónicos más conocidos fueron realizados de mano del grupo Los Diez y, especialmente, junto a Julio Bertrand Vidal (1888-1918), con quien, hacia 1914, estableció una sociedad de arquitectura que tuvo como grandes hitos la construcción, a un costado de la Quinta Normal, en la calle Matucana, del Cité de las Palmas en 1914, por encargo de José Pastor; y el Palacio Bruna, encargado a Bertrand en 1917 por el empresario salitrero Augusto Bruna. Debido a la muerte de Julio Bertrand en 1918, esta mansión, ubicada frente al Parque Forestal en la calle Merced, fue concluida por Pedro Prado.

Los proyectos arquitectónicos de Los Diez surgieron en un contexto en el que se imponía en Chile "la tradición constructiva colonial en casas de adobe y teja, corredor y patio" y, en las grandes ciudades, "una arquitectura oficial" que imprimió "un marcado sello europeo a las fachadas, apegadas todavía a los ideales neoclásicos o del beaux Arts" (Rodríguez Villegas, p. 52). Ante este panorama, Prado reflexionó en distintos textos sobre la práctica arquitectónica en relación con las necesidades propias de habitabilidad de un territorio diverso, atendiendo, también, a la ligazón entre la arquitectura, las artes decorativas y la artesanía, con el fin de pensar una arquitectura nacional.

Estas ideas fueron desarrolladas, primero, en el ensayo fechado en 1912, "Orientación de la arquitectura", que fue publicado en el libro Ensayos sobre la arquitectura y la poesía (1916), pero complementadas en una serie de textos posteriores como: "A los estudiantes de arquitectura", aparecido en el tercer número de Juventud, en 1919; "Del sacrificio y la salvación de la belleza", publicado -tras ser nombrado Presidente Honorario de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura- en el número 16 de la misma revista; "El arte obrero, la tradición y el porvenir de la arquitectura", reproducido en la edición del 2 de julio de 1922, del diario La Nación; y "Habla un arquitecto", publicado el 20 de junio de 1926 en La Prensa de Buenos Aires (Rodríguez Villegas, p. 61).

En "Orientación de la arquitectura" -a partir de la suma de su experiencia y un conjunto de influencias teóricas-, Prado pensó una arquitectura nacional, "apropiada" a las "fisonomías particulares" de las diferentes regiones que constituyen el territorio chileno, y planteó, como una de las tareas del arquitecto, su deber de encontrar "la continuación lógica del carácter de la región en el carácter de las casas, la demostración palpable de que nosotros conocemos cada región de nuestra patria, que sabemos comprenderlas, que sabemos amarlas, y que somos por lo tanto los verdaderos dueños de todas ellas" (Pedro Prado. "Orientación de la arquitectura". Ensayos sobre la arquitectura y la poesía. Santiago: Imprenta Universitaria, 1916, p. 33-34).

Esta concepción de la disciplina arquitectónica y sus fines, ligada a contextos históricos y características territoriales, tuvo un conjunto de influencias estéticas y teóricas: el movimiento Sezession, especialmente el trabajo del arquitecto austríaco Otto Wagner (1841-1918), que se caracterizó por la fusión de estilos tradicionales y corrientes modernas (cristalizadas principalmente en el art noveau), así como por la diversidad de objetivos de la arquitectura, que iban desde el amueblado hasta la construcción de unidades mayores como casas y edificios; las propuestas del arquitecto alemán Bruno Paul (1874-1968) acerca del tratamiento ornamental de espacios interiores y el diseño de muebles, que vinculaban artesanía, arte y diseño industrial; las ideas del pensador inglés John Ruskin (1819-1900) en torno a la "necesidad de realizar una arquitectura propia y adecuada al tiempo histórico y al contexto de época del artista", así como el énfasis en la producción artesanal ante la producción industrial; y, por último, la hipótesis sobre los orígenes textiles de la arquitectura propuesta por el arquitecto alemán Gottfried Semper (1803-1879) (Montes, Cristián. "Pedro Prado y la arquitectura: el arte de procesar sabiamente las influencias". Anales de literatura chilena. Año 21, número 34, diciembre de 2020, p. 211-220).