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Los Diez y la arquitectura

En términos generales, la arquitectura chilena hacia el 1900, continuaba la tradición impuesta por el estilo colonial cuyos característicos adobe y teja, corredor y patio, daban paso -sólo en las grandes ciudades- a las fachadas de marcado estilo europeo.

En este estado de cosas comenzó la labor de Los Diez en la arquitectura nacional. Si bien es cierto que la mayoría de los proyectos arquitectónicos de Los Diez, no pasaron de ser sólo eso, hubo dos que sí llegaron a realizarse: la casa de Los Diez (ubicada en la primera cuadra de Santa Rosa) y el palacio Bruna (ex consulado americano), diseñado originalmente por Julio Bertrand y concluido por Pedro Prado, luego de la muerte del primero en 1918.

Durante 1924, Fernando Tupper, arquitecto estrechamente vinculado a Los Diez, remodeló una antigua casa de su propiedad, para que sirviera de lugar de reunión al grupo. Convenció a Alberto Ried y a Julio Ortiz de Zárate que la decoraran. Ried decoró los 9 capiteles de las columnas románicas del patio principal, con referencias a Julio Bertrand, Pedro Prado, Leng, Barrios, Magallanes, etc. Julio Ortiz de Zárate en tanto, construyó a cincel y mazo el pórtico, la reja de entrada forjada en hierro y una imponente puerta de cedro. Además, el arquitecto Rodolfo Brunning, construyó una torre, que finalmente quedaría inconclusa. Cabe destacar también la decoración de las salas, muchas de ellas con vigas decoradas, los cielos pintados de azul, grandes chimeneas de piedra y un gran fogón del mismo material en el vestíbulo de la casa.

Ahora bien, entre los proyectos nunca realizados, podemos contar, en primer lugar, la casa para don Juan Antonio Tocornal, proyectada por Julio Bertrand. La casa ubicada en Las Vizcachas, era un proyecto absolutamente distinto a todo lo anteriormente realizado en el país. Se trataba de una planta en L con una torre redonda en el vértice, mientras que los lados restantes eran cerrados por arcos que originaban el patio central.

Otros proyectos importantes fueron el teatro al aire libre que Juan Francisco González, Pedro Prado, Julio Bertrand, Alfonso Leng y Alberto Ried, planeaban construir en un terreno costero cercano a Isla Negra. Y la torre de cinco pisos con reminiscencias góticas y románticas que Bertrand quería construir en algún acantilado cercano al teatro al aire libre.