Subir

Palacio Bruna

En 1916 el empresario salitrero Augusto Bruna le encargó a Julio Bertrand realizar una gran mansión para su familia frente al Parque Forestal en la calle Merced. Bertrand diseñó un palacio de estilo renacentista italiano de tres niveles desiguales; el último era una gran terraza techada. Su fachada norte tiene grandes ventanales y columnas que miran al río, mientras que un gran friso con guirnaldas recorría todas las fachadas. En su interior tenía numerosos salones, pisos de maderas, estucos ornamentales y vitrales en un jardín invernadero, así como en la puerta de acceso.

Al morir Julio Bertrand, Pedro Prado continuó la obra, terminándola en 1921. La construcción era tan moderna para la época, que Alone le escribió una carta a Pedro Prado, en la que le contaba, avergonzado, que quería escribir una nota sobre el Palacio Bruna, pero que no lograba identificar estilos ni influencias. Al poco tiempo, Prado le contestó y Alone pudo publicar la nota.

La familia Bruna no alcanzó a vivir nunca en esta casa, vendiéndola ante la crisis del salitre. Primero pasó a ser la residencia del Embajador de Estados Unidos en Chile, luego, en 1962 se transformó en la Embajada de ese país, para en 1995 convertirse en la sede central de la Cámara de Comercio.