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Enfermería y Servicio Social

Enfermeras y visitadoras sociales aumentaron sostenidamente desde el momento de la fundación de ambas profesiones, y son prueba de la inclinación femenina por ingresar, preferentemente, a carreras ligadas al servicio durante la primera mitad del siglo XX. Asimismo, el crecimiento de políticas sociales del Estado, ligadas al bienestar de la población obrera, en particular, de las familias, las madres y los hijos, trajo consigo la necesidad de contar crecientemente con ambas profesionales en reparticiones fiscales, sanitarias y asistenciales, que se multiplicaron a partir de la década de 1930, como hospitales de la Beneficencia y consultorios de la Caja del Seguro Obrero Obligatorio.

Las primeras mujeres instruidas como enfermeras fueron las que asistieron al curso de Eduardo Moore, en 1902, en el Hospital San Francisco de Borja. En 1906, se dio inicio a un curso experimental en la Universidad de Chile que fue el primer paso para la creación de la Escuela de Enfermería.

Por su parte, las primeras visitadoras sociales, predecesoras de las actuales asistentes o trabajadoras sociales, se formaron en la Escuela de Servicio Social de la Beneficencia creada en 1925 por el médico Alejandro del Río, la primera de Latinoamérica. Posteriormente, se entrenaron nuevas profesionales en las escuelas de servicio social dependientes de la Universidad Católica, la Escuela Elvira Matte Cruchaga, y la del Ministerio de Educación, que más tarde pasó a ser parte de la Universidad de Chile.