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Premio Nobel de Literatura (1945)

Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana América para honrarla en uno de los muchos trabajadores de su cultura

(Palabras pronunciadas por Gabriela Mistral cuando recibió el Premio Nobel).

Gabriela Mistral recibió muchos reconocimientos a lo largo de su vida. En 1914 había sido galardonada con el máximo premio de los Juegos Florales. También recibió premios por parte de instituciones y gobernantes. El 15 de septiembre de 1925 fue declarada "Hija Predilecta de Vicuña", su ciudad natal. Y en 1951 obtuvo el mayor galardón en Chile en el ámbito de las letras: el Premio Nacional de Literatura.

Sin embargo, el reconocimiento más relevante por su alcance mundial fue el Premio Nobel de Literatura, el que le fue conferido en 1945 luego de una campaña internacional que la respaldaba desde la década de 1930. Nunca antes el galardón había sido otorgado a una persona latinoamericana y solo cuatro mujeres lo habían conseguido antes en la historia. Posteriormente, otro chileno, Pablo Neruda, recibió también el Premio Nobel de Literatura.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, la Academia Sueca no entregó el Premio Nobel de Literatura ni el Premio a la Paz. En 1945, una vez derrotado el régimen nazi y culminada la ocupación de Noruega, el ambiente pareció más propicio para reanudar la entrega de la distinción. Tras conocer la noticia y mientras recibía las felicitaciones, Gabriela Mistral explicaba que este logro se debía a que la Academia había optado por una tercera vía ante la disyuntiva entre Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes. Ambos escritores fallecerían sin recibir el Nobel.

Recibió finalmente el Premio Nobel de Literatura de manos del Rey Gustavo, el 10 de diciembre de 1945. La Academia ponderó su lirismo inspirado por un vigoroso sentimiento que alzó a la poeta como un símbolo del idealismo del mundo latinoamericano.

Hjalmar Gullberg, secretario de la Academia Sueca, en su discurso de entrega del premio expresó con gran maestría que "Gabriela Mistral proyectó su amor maternal sobre los niños a los cuales instruía. Para ellos había escrito sus sencillas canciones y esas rondas reunidas en Madrid en 1924 bajo el título de Ternura. Contrastando con la patética emoción de Desolación, Tala expresa la calma cósmica que envuelve a la tierra sudamericana, cuyo aroma llega hasta nosotros. Henos aquí de nuevo en el huerto de la infancia, de nuevo los íntimos diálogos con la naturaleza y las cosas... Señora Gabriela Mistral: habéis hecho un viaje demasiado largo para un discurso tan corto... Para rendir homenaje a la rica literatura iberoamericana es que hoy nos dirigimos muy especialmente a su reina, la poetisa de Desolación, que se ha convertido en la grande cantadora de la misericordia y la maternidad".

Gabriela Mistral prolongó su estadía en Suecia por un mes. En 1949 inició una gira por Estados Unidos para recibir una serie de homenajes producto de su Nobel de Literatura. En 1950, en la Biblioteca del Congreso, Washington, realizó un recital cuyo registro sonoro aún se conservan.