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Emelina

Rubén Darío escribió Emelina incentivado por Eduardo Poirier, quien le propuso participar en el certamen Varela, instaurado por el diario La Unión de Valparaíso. Dicho concurso se cerraba el 1 de agosto, así que tuvo que redactarla en sólo diez días y sin previa preparación. Por esta razón, quizás, no obtuvo ningún reconocimiento.

Esta novela fue recién publicada en 1887, obteniendo una recepción regular de la crítica. Francisco Contreras, escritor estudioso de su obra, comentó en aquellos años: "Escrita en carrera, en diez días, esta novela se resiente de las deficiencias de la improvisación y de la poca pericia de Darío en un género que nunca debía dominar. La sicología es arbitraria o nula, el hablar de los personajes convencional, las descripciones de Londres y de París librescas e ingenuas" (Rubén Darío: su vida y su obra. Santiago: Ercilla, 1937. p. 296).

En el prólogo del libro, Rubén Darío calificó a esta novela como un pecado de juventud: "En cuanto a la gran debilidad de esta obra, es aquella misma que Goncourt señala refiriéndose a su bellísimo e incomparable primigenio EN 18. Nosotros no hemos tenido la visión directa de lo humano, sino los recuerdos y reminiscencias de cosas vistas en los libros" (Emelina. Valparaíso: Imprenta y Litografía Universal de Chaigneau y Castro, 1887. p. VI).

Rubén Darío y Eduardo Poirier dedicaron el libro a Agustín R. Edwards Mac Clure.