Agustín Edwards Mac Clure (1878-1941)
Agustín Edwards Mac Clure, era miembro de una acaudalada y prestigiosa familia santiaguina. Su padre, Agustín Edwards Ross, era un reconocido hombre de negocios, dueño de El Mercurio de Valparaíso, que inauguró el 12 de septiembre de 1827.
Empezó su vida laboral como secretario del gerente del Banco de Chile y socio activo del Banco A. Edwards de Valparaíso. Posteriormente, cambió su rumbo y siguiendo los pasos de su padre, fundó El Mercurio de Santiago el 1 de junio de 1900.
Hacia 1902, entusiasmado por el éxito de su periódico viajó por Estados Unidos y Europa, estudiando los progresos de la prensa mundial en forma práctica y personal. Allí, adquirió las máquinas e implementos necesarios para poner en marcha sus iniciativas. Así, compró las maquinarias más modernas para instalar un taller completo de fotograbado capaz de ejecutar los trabajos más delicados en ilustraciones, en negro y a todo color. Además, hizo un contrato con las más importantes fábricas de papel y de otras materias primas necesarias.
A su regreso dio marcha a dos nuevos diarios: Las Últimas Noticias (1904) y El Mercurio de Antofagasta. Y en 1905, cuando el ambiente editorial estaba ya preparado para publicaciones de una mayor pretensión con vistas a abarcar públicos más vastos, ideó una revista para reemplazar a los pasquines coloniales que hasta entonces existían. La bautizó Zig-Zag y la planteó como una revista complementaria a los diarios, orientada a mostrar el quehacer social, literario y artístico de la vida nacional.
Complementos
- Década de 1980
- En los últimos años
- Agustín Edwards Mac Clure (1878-1941)
- Catálogo de publicaciones
- Creación de revistas
- Cuatro nuevas revistas
- Dejó su cargo en la editorial
- Editorial Zig-Zag en 1919
- Empresa Editora Zig-Zag S.A
- Sus empresas
- Período de gran esplendor
- Gustavo Helfmann Reimers (1880-1957)
- Publicación de libros
- Medio siglo de vida
- Gustavo Helfmann y las pérdidas de Zig-Zag
- Proyecto de democracia educacional
- La revista Zig-Zag
- Un sello propio
- Sexagésimo aniversario
- Zig-Zag