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"Literatura" en La Mujer

La sección "Literatura" fue un apartado permanente que apareció en el periódico La Mujer. En ella, se publicaron artículos, poemas, cartas y traducciones de las colaboradoras del medio. En los primeros números, "las escritoras expresaron su interés puramente literario (…), pero paulatinamente y de manera tangencial fueron relacionando estas obras a la causa de la situación y educación de la mujer que atraviesa todas las ediciones del periódico" (Ramírez, Verónica y Ulloa, Carla. "Estudio preliminar". La Mujer (1877): el primer periódico de mujeres en Chile. Santiago: Cuarto Propio, 2018, p. 24).

En el número 7, se hizo un llamado a las escritoras a enviar sus textos indicando su nombre y domicilio, con lo que se indicaba la intención de no recibir nuevas colaboraciones firmadas con seudónimos. Según indicó el editor económico del periódico, Rodolfo Echeverría, este llamado se hizo con el fin de "prevenirnos contra el engaño y mantener así la seriedad conveniente en los elevados propósitos de nuestra publicación" (El editor. "Ojo". La Mujer. Número 7, 30 junio 1877, p. 56).

La sección "Literatura", "más que difundir a escritoras consagradas, se dedicó a promover y visibilizar poemas de autoras desconocidas, algunas de ellas muy jóvenes y que recién se iniciaban en el mundo de las letras, lo que da cuenta de un afán integrador; que buscaba incorporar y ampliar la participación de múltiples voces femeninas" (Ramírez y Ulloa, p. 24). En dichas condiciones, por ejemplo, aparecieron los textos de Enriqueta Solar Undurraga (1826-1914) -prima de Lucrecia Undurraga (1826-1914), directora del periódico-, con el título "Cartas a Hortensia". En estas misivas, Solar utilizaba el seudónimo Raquel Sota Neri -a veces solo firmaba como Raquel- y dirigía sus palabras a Hortensia Bustamante de Baeza, otra de las colaboradoras del medio. En estos textos, Solar narraba cómo fue la recepción del periódico La Mujer por parte de los lectores y dio a conocer las opiniones divergentes que se generaron en torno a la difusión pública del trabajo de las mujeres en un contexto en el que era esperable que los mantuvieran en el ámbito de lo privado (Raquel. "Cartas a Hortensia". La Mujer. Número 6, 23 de junio de 1877, p. 44-45).

La mayor parte de los textos que se publicaron en la sección "Literatura" fueron poemas. Una de las temáticas recurrentes en ellos fue la amistad y el amor familiar entre mujeres, especialmente, los "lazos amorosos entre amigas, hermanas, madres e hijas". Las colaboradoras se dedicaron "cantos de admiración y consejos, asimismo, se cuentan y se comparten infortunios". En este sentido, se ha planteado que "la exaltación de la mujer a través de la manifestación del dolor y del deseo, podría ser el gran motivo que atraviesa toda la sección 'Literatura' del periódico" (Ramírez y Ulloa, p. 24-25).

Entre las colaboradoras más constantes que publicaron sus poemas en esta sección, se halla Roza Z. González, quien firmaba sus textos como alumna del Colegio de La Recoleta, dirigido por Isabel Le Brun (1845-1930). Otro caso es el de Delfina María Hidalgo (1862-1940), quien en este momento estaba iniciando su carrera en las Letras y también publicaba en El Constituyente de Copiapó. En La Mujer dio a conocer poemas en más de la mitad de los números.

En las páginas de La Mujer también se publicaron seis poemas escritos por cuatro hombres -Santiago Escuti Orrego (1855-1930), Rafael Luis Solar, Francisco Antonio Subercaseaux Latorre (1847-) y Aníbal Frías-, cuyas temáticas se vincularon "con las propuestas por las poetas mujeres, de hecho, el poema de Escuti es una alabanza a la labor periodística desarrollada por Lucrecia Undurraga. La inclusión de estas seis colaboraciones da cuenta, por una parte, que las autoras mantenían relaciones literarias con escritores varones, y por otra, que solo consideraron a aquellos que mantuvieron un tono acorde con lo que a ellas las inspiraba" (Ramírez y Ulloa, p. 25).

En esta sección aparecieron también traducciones de las colaboradoras. Una de las escritoras más constantes en publicar este tipo de textos fue Enriqueta Calvo Torres (1832-), quien ya había colaborado previamente en La Brisa de Chile (1875-1876). En La Mujer, firmaba sus textos como Enriqueta Calvo de Vera y en este medio dio a conocer traducciones de "cuentos, novelas breves y efemérides literarias escritas en francés". También apareció en esta sección una imitación, forma de traducción literaria que se inspiraba en el modo de escritura de un poema para crear un nuevo texto lírico y que, en ocasiones, consignaba el nombre del poeta y poema que se tomaba como modelo. Así, apareció el texto de Victoria Cueto "El Lago", imitación del escritor francés Alphonse de Lamartine (1790-1869). Se ha considerado que, tanto a este texto como a las otras traducciones que aparecieron en la sección, "no se les puede dejar de atribuir un cierto talento creativo y literario manifestado por sus escritoras, en la medida en que la traducción en sí puede considerarse como un acto artístico" (Ramírez y Ulloa, p. 25).

Las traducciones no se restringieron a esta sección, sino que además aparecieron en otras secciones del periódico. Funcionaron como "otra forma de promocionar y publicitar las ideas" de la publicación, especialmente las relativas a la educación de la mujer. Así, por ejemplo, se publicó la traducción de Regina Uribe Orrego del texto "Apertura del curso de literatura en la Escuela de Bellas Artes" de París en el número diez y la traducción del texto "La instrucción de la mujer en Suecia" de Elvira Meneses (Ulloa, Carla. "Lucrecia Undurraga y el periodismo liberal de mujeres en el Chile decimonónico: La Brisa de Chile (1875-1876) y La mujer (1877)". Escritoras chilenas del siglo XIX. Santiago: RIL Editores, 2017, p. 128-129).