El ideal de una esposa
El interés de Vicente Grez por abordar asuntos de la vida privada de la sociedad santiaguina alcanzó su mayor expresión en la novela El ideal de una esposa que publicó en 1887. Ya anteriormente, en 1878, con la presentación de su estudio Las mujeres de la Independencia y su novela La vida santiaguina (1879), había quedado en evidencia su inclinación manifiesta por escribir sobre tópicos tales como la mujer y su papel en el ámbito público, el matrimonio y la vida en el hogar. En estas temáticas, Vicente Grez pretendió dejar constancia de su visión sobre la identidad chilena, la que en su opinión se estaba constituyendo desde el espacio privado de la casa y la figura femenina: "Se ha creído siempre que la mujer chilena nació exclusivamente para el encanto y el cariño del hogar, para la administración doméstica, para el cuidado de los hijos, cuando ha sido ella la que ha transmitido de generación en generación las nobles virtudes que constituyen los distintivos esenciales de nuestro carácter: el amor a la patria que principia en la familia, el valor personal -hijo de las convicciones heroicas-, la moralidad pública y privada, fruto de los buenos ejemplos".
Con la publicación de El ideal de una esposa, Vicente Grez reafirmó su observación sobre el matrimonio, institución que en su época era poco cuestionada, pero que sin embargo parecía encontrarse en crisis. Por ello, una vez aparecida esta novela fue respaldada por Luis Orrego Luco, otro escritor que se interesó por estos temas. Orrego Luco escribió en el diario La Época, el 16 de noviembre de 1887, un artículo elogiando la calidad de la obra de Grez: "Hace pocos días se publicó El ideal de una esposa, la última novela de Vicente Grez, y al leerla no pude menos de exclamar, lleno de íntimo regocijo, como el marino genovés al descubrir la América: ¡tierra! ¡tierra! Por fin encuentro una verdadera novela y un verdadero novelista". Otras opiniones críticas del momento dieron su voto favorable a la novela, entre éstos Carlos Luis Hübner, quien destacó, en el mismo periódico el 4 de diciembre de 1887, su superioridad debido a su fluidez de estilo, la ordenada disposición de la materia y el interés que el asunto despierta: "El ideal de una esposa, como que toca a la vez el corazón y la cabeza, impresiona y hace pensar". Sin embargo, no faltó la opinión adversa, la crítica punzante que comparó la novela con el folletín corriente.
Tras la primera edición en 1887, la "Imprenta artística nacional" lanzó una segunda edición en 1911. Posteriormente, pasarían más de cincuenta años para una tercera publicación en 1971, por la editorial Nascimento. En esta última se incluyó un prólogo de Luis Iñigo Madrigal, quien rescató el valor de la novela al referirse a su importancia como documento de la vida privada santiaguina: "El ideal de una esposa constituye una especie de alegoría del proceso social hispanoamericano (y chileno) de la segunda mitad del siglo diecinueve. El papel de la protagonista, Faustina, corresponde al de una parte de la sociedad, la conservadora, cuya integración al nuevo orden surgido es problemática y dificultosa".
El ideal de una esposa ha sido escasamente estudiada por la crítica, por lo que casi es imposible encontrar artículos, aparte de los que siguieron a su publicación. Excepcionalmente, Cedomil Goic haciendo justicia a la novela, efectuó un extenso análisis sobre ésta en su libro La novela chilena, donde afirma que El ideal de una esposa es una de las primeras expresiones de la novela naturalista en Chile digna de estudio.