Viaje de destierro

"En la mañana del 3 de julio de 1891 el dictador Balmaceda abre las puertas de la cárcel de Santiago a setenta detenidos políticos i los hace embarcar en un tren espreso que seguirá en marcha a Valparaíso, en cuya bahía espera el vapor inglés "Bolivia" para conducirnos a Iquique. (...) El viaje tiene para nosotros una estraña mezcla de alegría i de tristeza. Después de largos meses de prisión, respiramos el aire libre de la campiña; nuestros pulmones se ensanchan al contemplar el vasto horizonte; pero mi corazón, dolorosamente atormentado por la situación angustiosa en que está la patria e inquieto por su porvenir, sólo recobra su entereza en presencia de la fé profunda i sin nubes se desborda del alma de la juventud que me rodea. ¡Heroicos i jenerosos muchachos! Todos van a ofrecer sus vidas en rescate de nuestras viejas instituciones, i sus ardorosos pechos confían en la victoria con la misma sinceridad con que a los veinte años se cree en la eternidad del amor primero". (Vicente Grez)
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