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Ser niño "huacho" en la historia de Chile (siglo XIX)(2006)

Si la historia es un diálogo sin fin entre el presente y el pasado podríamos decir que son los niños la fibra sensible donde se va depositando la subjetividad del presente, donde se va acumulando el amor, el desprecio, el abandono, la pobreza, la indiferencia, la soledad, el maltrato directo o indirecto del mundo de los adultos, de los que hacen la historia -historia que los interviene, los modela, los arriesga y los desafía tempranamente- y se va apozando, transformándose en una huella casi imperceptible pero que tiene la intensidad de las marcas de fuego.

Silvia Aguilera, "Introducción". En Ser niño "huacho" en la historia de Chile (siglo XIX). Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2006, p. 11.

El mismo año en que Gabriel Salazar recibió el Premio Nacional de Historia, se publicó por primera vez en formato de libro su trabajo Ser niño "huacho" en la historia de Chile (siglo XIX) (Santiago: LOM, 2006). Orignalmente, este texto correspondió a una ponencia presentada por el autor en julio de 1989 en el Seminario "Sociedad agrícola y minera chilenas, en la Literartura y en la Historia", organizado por el Departamento de Historia de la Universidad de Santiago y publicado en el número 19 de la revista Proposiciones al año siguiente (1990). En dicha obra el historiador se enfocó en un protagonista olvidado, los niños y jóvenes de los sectores populares y de la clase trabajadora chilena, y analizó las potencialidades para transformarlo en un sujeto relevante de la Historia de Chile.

A diferencia de textos anteriores, Gabriel Salazar abandonó el análisis de los problemas históricos con un lenguaje especializado y dejó que fluyera el lado más humano y pasional del historiador. Así ha explicado esta nueva propuesta: "Para intentar hacer historia en esta profundidad y en ese origen esencial de la humanidad no es necesario ser 'absolutamente científico'. Historiador todo el día. Académico con mayúscula. Más bien, se requiere posesionarse plenamente, integralmente, de la piel humana. Hacer historia de niños es, sobre todo, una cuestión de piel, de solidaridad, de convivencia, de ser uno mismo, más que de métodos y teorías" (Salazar Vergara, Gabriel. Ser niño "huacho" en la historia de Chile (siglo XIX). Santiago: LOM, 2006, p. 89 - 90).

A pesar de su carácter altamente narrativo, lo que hizo Salazar fue, finalmente Historia Social. El texto comienza con el desgarrador relato de Rosaria Araya, una joven soltera de 26 años del Valle de Illapel, que murió luego de tener 4 hijos. Continúa con las peripecias de aquellos "huachos" y el abandono de su padre Mateo Vega. Cada una de estos relatos sirven al historiador como una introducción y una plataforma para insertarse en problemas mayores: la migración campo ciudad, la infancia en el siglo XX, las altas tasas de mortalidad infantil, el problema de la marginalidad social, las formas y dificultades de formación de la familia obrera, la falta de higiene y la promiscuidad, inmoralidad y vicios de la época, las políticas estatales hacia la infancia, las tradiciones culturales regionales ante la muerte de los niños, entre otros.

En definitiva, Salazar analiza descriptivamente varias aristas del proceso de socialización de los niños y jóvenes, como protagonistas del futuro de la nación.