Esta no es una obra diseñada para 'contar' la historia de Chile. Ni está pensada sólo para descubrir los 'hechos' notables de nuestro pasado. No intenta tampoco ser un texto en que algunos que 'saben' asumen la pretensión de transmitir realidades objetivas a las que no saben o saben poco.

Gabriel Salazar y Julio Pinto Vallejos, Historia Contemporánea de Chile. Tomo 1, p. 7.

Entre 1999 y 2002, Gabriel Salazar y Julio Pinto Vallejos publicaron cinco tomos de la Historia Contemporánea de Chile que fueron el resultado de la elaboración teórica de la corriente de la Nueva Historia Social. En estas publicaciones se desarrolla una mirada de los procesos históricos desde una óptica ciudadana y popular. En la introducción del primer tomo -que, además, es la síntesis de su propuesta programática- plantean que "esta historia está escrita por historiadores, pero intenta, por lo dicho, situarse en la perspectiva reflexiva y procesal de los ciudadanos chilenos (Pinto, Julio y Salazar, Gabriel. Historia contemporánea de Chile. Tomo 1. 1999 - 2002, p. 8-9).

Para estos historiadores, el motor de la historia debe ser el pueblo, como verdadero depositario de la soberanía popular. De ahí proviene esta mirada que intenta abarcar a la totalidad de los individuos de la sociedad, y que se aleja del énfasis en las hazañas militares y las decisiones de los líderes políticos.

Al contener una propuesta distinta -alejada de los paradigmas tradicionales de la objetividad y de la neutralidad política-, su publicación produjo entre sus colegas reacciones de apoyo y rechazo. En este debate, similar al ocurrido con el Manifiesto de Historiadores, participaron los historiadores Sergio Villalobos, María Angélica Illanes, Alfredo Jocelyn-Holt, entre otros.