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Elegantes Cafés

"A comienzos del siglo XX, el país respira prosperidad. La ciudad de Santiago crece a ritmo vertiginoso y copia siempre la moda europea. Las familias elegantes viajan a París y traen las novedades en barco. La vida santiaguina se hace cada vez más cosmopolita y afrancesada. Junto a la Confitería Torres aparecen otros lugares elegantes para reunirse y conversar alrededor de una taza de café" (Manuel Peña Muñoz. Los Cafés Literarios en Chile. Santiago: RIL Editores, c2001. p. 114)

El Tea Room del Gath y Chaves fue uno de los locales más elegantes de principios del siglo XX. Estaba ubicado al interior de la tienda del mismo nombre, inaugurada en 1910. Gath y Chaves fue una tienda exclusiva de Santiago, pues su mercadería era selecta, importada desde Londres, París, Nueva York y Berlín.

Algunos artistas que visitaban siempre este salón de té fueron: Joaquín Edwards Bello, Claudio Arrau, María Monvel, Marta Vergara, Victoria Barros, Luis Orrego Luco, Mariano Latorre, Ricardo Latcham, Alberto Romero y Luisa Irarrázabal de Sutil, quien se inspiraba en este lugar para escribir la página de la "Vida Social" de El Diario Ilustrado. En 1952, tras una extensa huelga de sus trabajadores, Gath y Chaves clausuró su local. El edificio fue demolido y posteriormente se construyó el Edificio España.

Otro lugar de moda fue el Café del Hotel Crillón, donde Joaquín Edwards Bello ambientó su novela La chica del Crillón, publicada en 1935.

Este café fue famoso por dos crímenes protagonizados por escritoras de la época. Una de ellas fue María Luisa Bombal, quien el 21 de enero de 1944 disparó a Eulogio Sánchez, su amante. La otra fue María Carolina Geel, quien asesinó a su pareja el 14 de abril de 1955.

Señala Manuel Peña Muñoz que aquí se dieron cita poetas, escritores, intelectuales y gente de teatro. Eran asiduos: Luis Durand, Manuel Rojas, Chela Reyes, Pepita Turina, Blanca Luz Brum y la periodista Lenka Franulic.