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Los años sesenta

En los años sesenta, señala Manuel Peña Muñoz, la vida bohemia y noctámbula era intensa en Santiago y provincias: "Poetas y narradores de barba, pelo largo y pantalones 'pata de elefante' frecuentaban los 'bajos fondos' para captar ambiente y escribir directamente de la realidad. Algunos iban a tomar chicha y vino tinto de garrafa a La Piojera de la Estación Mapocho, entre ellos el pintor Pacheco Altamirano y Francisco Coloane, a empaparse de chilenidad" (Los Cafés Literarios en Chile. Santiago: RIL Editores, c2001. p. 176).

Bares, restaurantes y cafés fueron el lugar de encuentro de poetas, cineastas, artistas visuales y dramaturgos. Un restaurante típico fue El Parrón de Santiago, donde solía acudir Raúl Ruiz para tomarse una cerveza acompañada de un pan con ají.

Todos los sábados al mediodía se juntaban en el Café Sao Paulo, Poli Délano, Rolando Cárdenas y Jorge Teillier. También, se reunían a jugar ajedrez Braulio Arenas y Eduardo Anguita. Fueron contertulios de este lugar: Enrique Lafourcade, Enrique Lihn, Stella Díaz Varín, Ximena Adriazola, Gabriela Garfias, Gabriel Carvajal, Teófilo Cid, Martín Cerda, entro otros. Por esta razón, recuerda Luis Sánchez Latorre: "El Sao Paulo contribuyó de veras a mantener viva la institución de la tertulia" (Los Cafés Literarios en Chile. Santiago: RIL Editores, c2001. p. 178).

En esta época, los intelectuales se dieron cita también en el Café Cantina, habilitado por la Sociedad de Escritores de Chile en la calle Simpson 7.

Uno de los sitios con mayor tradición bohemia fue la fuente de soda Il Bosco, donde se convocaban gente de teatro, periodistas, poetas y artistas. Su época de oro fue entre los años cincuenta y sesenta y cerró en 1984.

Mención especial tienen los cafés y bares universitarios, elegidos por los estudiantes para conversar de literatura y política. Algunos de los más conocidos fueron: el Café Las Lanzas; el bar Quitapenas, que tenía ese nombre porque estaba ubicado afuera del cementerio, y el bar La Unión, donde se idearon interesantes proyectos literarios, como la antología Nueva York 11 y la revista La Gota Pura.