"Los execrables harapientos"
Esta crónica apareció el 2 de agosto de 1952, en la revista Zig-Zag, y estaba inspirada en una anterior carta de un lector de la revista, en la que se quejaba sobre la profanación que pandillas de jóvenes estaban haciendo con el monumento de los hermanos Miguel Luis y Gregorio Víctor Amunátegui. Benjamín Subercaseaux escribió "Los execrables harapientos", en defensa de los jóvenes y para repudiar la actitud discriminatoria de dicho lector, cuya firma era "Viejo Santiaguino". En este artículo Subercaseaux, afirmó: "Ellos están en su pleno derecho de ciudadanos para buscar el calor de nuestro ajetreo en las crudas noches de invierno, y para bañarse en nuestros surtidores de agua en el bochorno del estío". Asimismo, explicó lo que es para él la Patria: "Porque la palabra Patria, señor, no tendrá significado si ella no significara amor entre los que forman una misma familia en un sólo destino humano".