Autorretrato de memoria (2005)
Para Millán la ciudad natal es una asunto de resignación: "Hay que aceptarla como fatalidad, como uno acepta a sus padres." ("La cultura en Chile sigue siendo la rueda de repuesto", El Periodista, 2 de junio, 2006, p. 33). En Autorretrato de Memoria la ciudad que aparece no es un reflejo mimético, sino que va creciendo, cambiando y, según aporta el crítico Camilo Marks, incluye zonas como la Avenida Perú, Recoleta, La Chimba, La Vega y Patronato.