Alonso de Ribera
Antes de venir a América, había sido soldado de Carlos V en las guerras de Flandes y contra Inglaterra. En 1559, el rey Felipe III lo nombró Gobernador de Chile motivado por la derrota española de Curalaba ante los mapuche en 1598 y la necesidad de un veterano de guerra que se hiciera cargo del reino.
Llegó a Concepción en 1601, iniciando inmediatamente las incursiones en territorio mapuche. Su principal reforma fue intentar establecer una línea de frontera definida y la creación de un ejército permanente y disciplinado, al margen de las fuerzas bélicas que funcionaban entonces en base a levas de vecinos. Para ello, contó con una subvención directa del Virreinato del Perú, denominada el Real Situado. Sin embargo, la ausencia de resultados exitosos llevó a que el monarca lo destituyera del cargo, trasladándolo a Tucumán.
En 1612, fue nombrado nuevamente Gobernador de Chile, pero esta vez debió hacerse cargo de las nuevas ideas para enfrentar las rebeliones indígenas propugnadas por el padre Luis de Valdivia: la guerra defensiva. Alonso de Ribera falleció en 1617 en Concepción, en ejercicio de sus funciones.
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