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Guerra Defensiva

Defensor del entendimiento entre mapuche y españoles, el sacerdote jesuita Luis de Valdivia propugnó un cambio en la estrategia de la Guerra de Arauco. Este consistía en el establecimiento de una frontera permanente en el río Bío-Bío, el fin de la campeadas en las que los españoles quemaban las viviendas y sembrados mapuche y capturaban esclavos y el envío de misioneros a la zona bajo control indígena. En 1612, su proyecto de guerra defensiva fue aprobado mediante una real cédula, aunque desde un comienzo se manifestó su imposibilidad por el odio acumulado en más de 70 años de guerra ininterrumpida. Los misioneros que habían sido enviados fueron asesinados en Elicura por el cacique Anganamón, uno de los lonkos que dirigió la gran sublevación de 1598-1604, y aunque Valdivia intentó por todos los medios de salvar el proyecto éste finalmente fue abandonado en 1626 por la real cédula que restituía el permiso para esclavizar indios capturados en la guerra. De todas maneras, ello sólo fue el entierro definitivo de la guerra defensiva, estrategia que ya había sido desechada varios años atrás en el país.

Presentamos a continuación una carta de Luis de Valdivia al rey Felipe III en la que da cuenta (1612) del estado de la guerra y de la implementación de la nueva estrategia, tanto en su versión original como la transcripción paleográfica. Además, se presentan las provisiones reales enviadas en 1612 ordenando poner fin a la esclavitud de los indígenas capturados en la guerra y la implementación de la guerra defensiva, así como una carta enviada por el rey Felipe III a los indígenas alzados en armas de Chile.