Historia de la Independencia Chilena (1856)

En 1854, Claudio Gay y sus colaboradores habían publicado seis tomos de la Historia Física y Política de Chile. Tanto en el tomo quinto como en el sexto, Gay abordó la historia de la Independencia de Chile, en unidad con la historia de la conquista y el período colonial, de manera consecutiva y cronológicamente ordenada para su entendimiento general. Sin embargo, a pesar de la erudición de esos textos y de la importante cantidad de fuentes consultadas por el autor, este creía que dicho proceso emancipatorio necesitaba una obra aparte, dedicada exclusivamente a relatar los detalles del mismo.
Entre 1854 y 1856 abandonó sus estudios científicos y retomó su labor historiográfica, para dedicarse a la investigación y redacción de la Historia de la Independencia Chilena, publicada en dos tomos en el año 1856.
En el prólogo de la Historia de la Independencia Chilena, Claudio Gay expuso la importancia de rescatar de manera particular esos episodios, puesto que eran "la parte más noble, la más importante y la más gloriosa de su historia, presentándose como emblema del gran movimiento social que ha sacado al país de sus pañales, y le ha hecho crecer de repente, comunicándole bastante fuerza para conquistar su nacionalidad, que el egoísmo le había negado hasta entonces" (Gay, Claudio. Historia de la Independencia Chilena. Tomo I. París: Imprenta de E. Thunot, 1856, p. 5).
Comparó, además, la situación de tranquilidad del país tras la guerra de independencia con el resto de los países del continente y valoró el orden político, económico y social que Chile había alcanzado en la década de 1840, pasando por alto las disputas políticas y militares, los motines liberales y la fuerte represión que el sistema autoritario y conservador había impuesto.
Claudio Gay construyó su obra sobre la independencia como un relato heroico y fundacional de la nación, erudito pero inconcluso, por lo que creía que las generaciones posteriores de historiadores formados en la Universidad de Chile debían terminarla, utilizando el método de la historia narrativa.
Para reconstruir la historia de la independencia, Gay utilizó fuentes y documentos que había encontrado en su viaje a Lima, como la correspondencia de los generales españoles Antonio Pareja (1752-1813), Mariano Osorio (1777-1819) y José Ordóñez (1789-1819) y el archivo personal sobre la guerra y su gobierno de Bernardo O´Higgins (1778-1842), a quien tuvo la oportunidad de entrevistar. Además, Gay volvió a visitar los archivos de Santiago y de Concepción y de las intendencias de otras provincias del país; tuvo acceso a la colección completa de la Aurora de Chile, El Monitor Araucano, El Araucano y otros periódicos conservadores y liberales publicados entre 1820 y 1840, así como a archivos personales y a parte de la correspondencia y una copia completa del diario militar de José Miguel Carrera (1785-1821); copias de los diarios personales del coronel Jorge Beauchef (1784-1840), Manuel de Salas (1754-1841), Camilo Henríquez (1769-1825) y otras personas que participaron de la revolución, guerra civil y proceso de construcción de la República.
Estas fuentes documentales las complementó con las denominadas "conversaciones históricas" que sostuvo durante sus viajes por el territorio nacional con figuras importantes de la independencia como Juan Miguel Benavente, Juan Francisco Meneses (1785-1860), Juan Gregorio de las Heras (1780-1866), Gaspar Marín (1772-1839), Agustín Vial (1772-1838), José Joaquín Prieto (1786-1854), entre muchos otros.
Como señaló el historiador Guillermo Feliú Cruz (1900-1973) -quien recopiló la traducción de las conversaciones y las introdujo con un ensayo sobre la obra de Gay- estos diálogos con los protagonistas directos de la historia fueron de gran importancia ya que "algunas veces el recuerdo suple al documento; en otras, lo completó, y, en no pocas ocasiones esclareció lo que aparecía confuso. El procedimiento del francés, usado con frecuencia en la historiografía moderna europea del siglo XIX, ilustró el conocimiento de los hechos, les dio un tono vivo y colorido; pero, como en el caso de las memorias personales, deformó la realidad y exaltó el personalismo. (…) Con el relato personal, los sucesos tomaron ordinariamente un color y relieve que no fluían del conjunto documental de que dispuso" (Feliú Cruz, Guillermo. Conversaciones históricas de Claudio Gay con algunos de los testigos y actores de la Independencia de Chile: 1808-1826, precedidas de un estudio sobre Gay, historiador. Santiago: Editorial Andrés Bello, 1965, p. 13).
En su contenido, los dos tomos abordan el contexto chileno y americano desde 1808, pasando por la organización de las juntas de gobierno; las obras de José Miguel Carrera y sus diferencias con Juan Martínez de Rozas (1759-1813) y O´Higgins, entre otros sucesos relacionados con las confrontaciones entre los patriotas; un capítulo que resaltó las principales ideas políticas y filosóficas de los patriotas; el proceso de la reconquista española; los nuevos levantamientos patriotas y la formación del Ejército Libertador por José de San Martín (1778-1850) y O´Higgins; las principales batallas por la independencia de Chile; la conformación de la Escuadra Nacional y la expedición libertadora del Perú; hasta el gobierno y posterior abdicación de O´Higgins.