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primeros talleres de oficios artísticos en Chile

El sistema de producción de arte en el Chile colonial era muy similar al que se utilizaba desde la Edad Media en Europa y era el mismo que se aplicaba a cualquier oficio artesanal, entre los cuales la pintura o la escultura no ostentaba un estatus distinto del de otros como la carpintería o la peletería.

El sistema de talleres implicaba un espacio de producción o creación a cargo de un maestro. Este recibía periódicamente aprendices, quienes vivían, comían y trabajaban en el taller. El maestro se encargaba no solo de enseñarles el oficio, sino también de darles de comer, brindarles ropa y atención médica.

Respecto a la pintura, las tareas se repartían según el grado de experiencia o especialización del aprendiz, por lo que es muy común que en los cuadros de la época se advierta la intervención de diferentes manos, de diversa calidad técnica.

Según el historiador Eugenio Pereira Salas, hacia 1614 se registraban un total de 409 artesanos en Santiago, agrupados según sus distintos oficios; sin embargo, no existió en Chile un gremio de pintores hasta mediados del siglo XVII y, a diferencia de otros territorios, la pintura en Chile colonial alcanzó un escaso desarrollo.