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Carlos Haimhausen (1692-1767)

El padre Carlos Haimhausen (Karl von Haimhausen), ante la falta de artesanos capacitados en Chile, solicitó en España la licencia para traer a religiosos con experiencia reconocida en diversos oficios artísticos. Fue así como en 1748 arribaron 48 misioneros, entre quienes estaban el hermano Francisco Greuber, carpintero, el hermano Jacobo Kellner, escultor, y el hermano Jorge Lanz, escultor y artífice. Seis años después llegaron Juan Hogen y José Mezner, también carpinteros.

Los jesuitas se instalaron en un fundo en Calera de Tango donde se creó uno de los primeros lugares de enseñanza permanente del arte en Chile. Allí se practicó la pintura, la talla en madera, la fundición y otros oficios.

Algunas de las obras más destacadas que se encontraron en el inventario que se hizo del fundo de Calera de Tango en 1767, después del desalojo de los jesuitas, son un cáliz grabado minuciosamente con escenas religiosas, una custodia de plata dorada realizada en 1746 y una escultura de San Francisco Javier. Estas obras se encuentran hoy en día en la Catedral de Santiago.

La formación estilística de esta escuela correspondía a un barroco de corte más clasicista, a diferencia del barroco hispanoamericano con gran carga decorativa que predominaba en Chile durante el siglo XVIII.