De personalidad sencilla, modesta y austera, hizo de la docencia una actividad permanente en su vida. Incluso convirtió su hogar en una prolongación de la universidad, un espacio donde sus alumnos podían acudir a discutir libremente sus ideas. Como historiador, fue un investigador acucioso y erudito, siempre planteando nuevas pespectivas sobre las temáticas históricas que investigaba.