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Perjuicios múltiples

Las napas de agua que sirven para alimentar las vertientes y pozos de los territorios indígenas se fueron secando ya que las gigantescas plantaciones exigían mucha agua. Los campos mapuche se empobrecieron y cada día se hizo más difícil realizar las labores agrícolas. El uso intensivo de químicos y pesticidas intoxicó las tierras y las aguas. Las tierras que antes fueron sembradas de papas, trigo y otros alimentos hoy son plantadas por pinos y eucaliptos que no dan trabajo permanente. Una plantación forestal es altamente rentable pero al mismo tiempo es una agresión para los habitantes locales.