Fusilamientos
Los fusilamientos de reos condenados a muerte fueron uno de los temas predilectos de los poetas populares del último tercio del siglo XIX. Continuando la tradición de la literatura de cordel española, los poetas y editores de la Lira Popular comentaban cada paso del juicio, en especial desde que el juez decretaba el fusilamiento del reo, seguido por la petición de indulto que hacía la familia de éste al Consejo de Estado, la intervención de personalidades a favor del criminal o en contra de éste, las últimas palabras del condenado, los ruegos y llantos de su madre y su final ejecución en el banquillo.
A pesar de que los fusilamientos se hacían en el espacio cerrado de la cárcel, el debate público que se generaba en torno a éste reproducía el espectáculo público del antiguo cadalso colonial y operaba como un verdadero rito sacrificial que canalizaba la violencia interna de la sociedad en la ejecución del criminal, a la par que servía como mecanismo de crítica a la autoridad política. Por lo demás, para el mundo popular la ejecución redimía al condenado de sus crímenes pasados y lo convertía en santo mediador con el mundo celestial a través del culto a su "animita".
A continuación presentamos un texto del historiador Maximiliano Salinas, cuya tesis central destaca la cerrada oposición que la pena de muerte generaba en los sectores populares urbanos de la época.