El Fígaro
Editado por Eduardo Phillips Huneeus entre febrero de 1890 y diciembre de ese mismo año, El Fígaro criticó ferozmente a la administración del presidente Balmaceda en sus columnas y caricaturas. La crítica de El Fígaro era marcadamente aristocrática y antipopular, rechazando la relación que se observaba entre el gobierno y los sectores medios y populares.
Otro periódico satírico que manifestó su abierto apoyo a Congreso fue La Escoba, publicada entre octubre de 1891 y enero de 1892. Ilustrada por el mismo caricaturista de El Fígaro, La Escoba dedicó sus páginas a homenajear al bando vencedor en la guerra civil de 1891 y a denostar a la administración de Balmaceda.
La Tarasca, en tanto, fue un periódico de corte menos oligarca que los anteriores, aunque no por ello menos antibalmacedista que éstos. Su redactor era Pedro Nolasco Garrido, antiguo miembro del partido Democrático que había sido expulsado del mismo por su apoyo al Cuadrilátero, la alianza de partidos opositores a Balmaceda que se formó a inicios de 1890.