deshumanización y violencia social
El teatro de José Ricardo Morales se caracteriza por denunciar la violencia de las estructuras de poder y la alienación a la que está sujeto el hombre en la sociedad tecnificada. Los personajes de Morales se encuentran a sí mismos arrojados en un espacio que no saben habitar porque desconocen sus reglas. El protagonista de la obra La Odisea, por ejemplo, intenta regresar a casa -al igual que Ulises en la obra clásica- pero por el camino se enfrenta a constantes reparaciones y reestructuraciones viales que dificultan su llegada. El sentido de la calle que conduce a su hogar es cambiado tantas veces y con tanta arbitrariedad que ya le es imposible el acceso, situación que es llevada hasta el extremo absurdo de ser penalizado por caminar en sentido contrario al indicado; su castigo consiste en llevar puestos carteles de tránsito por la ciudad. No hay un personaje que encarne la tiranía en esta obra, pero la ciudad misma se vuelve contra el sujeto hasta degradarlo y hacer de su existencia un absurdo deambular, privado de la facultad de elegir una ruta propia o de establecer relaciones personales.