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El artesanado en la Sociedad de la Igualdad

A diferencia de esfuerzos previos de núcleos liberales que se opusieron al gobierno de los conservadores hacia mediados del siglo XIX, como el Club de la Reforma o la bancada de diputados liberales en la década de 1840, la Sociedad de la Igualdad nació como una asociación entre el grupo del artesanado metropolitano y un sector de intelectuales liberales.

Sus fundadores fueron Santiago Arcos Arlegui (1822-1874) y Francisco Bilbao Barquín (1823-1865); quienes -influenciados por la revolución social ocurrida en Francia durante 1848- plantearon la necesidad de promover un espacio de asociación en que los artesanos participaran activamente, pudieran discutir acerca de los problemas que los aquejaban y buscaran vías propias que mejoraran sus condiciones sociales.

Durante las tres décadas que siguieron a la independencia, la ciudad de Santiago experimentó cierta estabilidad política y administrativa que produjo un aumento de la seguridad y vigilancia y el desarrollo de obras públicas como la Penitenciaría, los mataderos y el Instituto Nacional, condiciones que derivaron en el crecimiento de la población.

Entre los diferentes grupos sociales que se vieron atraídos a la ciudad, se encontraba el grupo de los artesanos y trabajadores especializados (Romero, Luis Alberto. La sociedad de la igualdad: los artesanos de Santiago de Chile y sus primeras experiencias políticas, 1820-1851. Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella, 1978, p. 1-7). En este grupo amplio del artesanado se diferenciaron dos sectores, "uno tradicional, predominantemente criollo, atomizado y de escasa envergadura, y otro nuevo, con importante participación de extranjeros. En el que cada actividad era controlada por un grupo reducido y próspero" (p. 71).

En este escenario, la clase dominante comenzó a prestar atención a los artesanos, que empezaban a convertirse en un grupo con fisonomía propia, diferenciándose del resto de los trabajadores, como jornaleros, vendedores ambulantes y temporeros. Sin embargo, hasta la década de 1840 solo se les había convocado a participar en proyectos en los cuales no eran protagonistas.

Esta nueva conciencia de los artesanos como actores sociales y políticos, sumada la coyuntura de una próxima elección presidencial y la influencia de las ideas del 48 europeo influyeron en la consolidación de la Sociedad de la Igualdad como la primera organización que tuvo en sus bases a un grupo social distinto de la oligarquía.

José Zapiola (1802-1885), en sus memorias, atribuyó el origen de la Sociedad de la Igualdad a la idea de una asociación que integrara al pueblo y velara por sus intereses, más allá de la contingencia política de oposición a la candidatura de Manuel Montt (1809-1880): "Nuestros trabajos no solo deben tener por objeto el triunfo de un candidato progresista; sino también sacar al pueblo de la vergonzosa tutela a que se le tiene sujeto" (La Sociedad de la Igualdad i sus enemigos. Santiago de Chile: Imprenta del Progreso, 1851, p. 6). Las reuniones iniciales de la Sociedad se realizaron en marzo de 1850 y tuvieron como fin estructurar su modo de organización. La primera sesión estuvo formada por los intelectuales Santiago Arcos, Francisco Bilbao, el escritor Eusebio Lillo (1826-1910), el músico José Zapiola y los artesanos Ambrosio Larrecheda y Cecilio Cerda. En la tercera sesión se le dio nombre al grupo; acordaron tratarse por el apelativo de "ciudadanos" y se discutieron los principios que seguirían: "Reconocer la soberanía de la razón como autoridad de autoridades: la soberanía del pueblo como base de toda política y el amor y fraternidad universal como vida moral" (Zapiola, p. 8-9).

En un comienzo, se decidió que los grupos debían ser de 24 personas como máximo para resguardar la participación de sus integrantes, distinguir a los líderes y no levantar sospechas ante la autoridad; las reuniones se realizarían quincenalmente; cada uno recibiría un carnet de socio que le permitía el acceso a otros grupos. Además, con el fin de lograr una mejor organización, en la primera sesión general, se escogió una directiva que centralizara las ideas que daba cada grupo. .

El primero de abril de 1850 apareció El Amigo del Pueblo, periódico de la Sociedad de la Igualdad redactado por Eusebio Lillo que desde sus comienzos cuestionó la administración de Manuel Bulnes Prieto (1799-1866) en relación con su escasa preocupación por los asuntos del pueblo y presentó en sus artículos argumentos para evitar que Montt, candidato por la continuidad conservadora, llegara a la presidencia.

En El Amigo del Pueblo aparecieron parte de las ideas que movieron a esta asociación. En el editorial "Asociación popular", se hizo un llamado a que los artesanos se asociaran y fuesen participantes activos con el fin de lograr mejoras que los beneficiaran, como el fomento a la industria nacional y la creación de escuelas gratuitas en las que se enseñaran oficios: "Asociaos artesanos y comenzad a pensar en vuestros intereses. No necesitáis para eso pertenecer a tal o cual partido. Formaos vosotros sin decidir el bando político a que os habéis de plegar, elegid a los que han de dirigir vuestros pasos, presentaos a los representantes del pueblo con vuestras peticiones, pedid siempre lo justo y lo equitativo y es probable que os harán justicia" (El Amigo del Pueblo. Número 14, 15 abril 1850, p. 2).

En la práctica, el proyecto de la asociación durante su primera etapa se desarrolló en las discusiones sobre iniciativas que fueran en beneficio de los artesanos. Entre ellos, el proyecto de Francisco Bilbao de baños públicos; el levantamiento de un banco de obreros sugerido por Rudecindo Rojas; el proyecto y reglamento de escuelas gratuitas, propuesto por Ricardo Ruiz y Manuel Bilbao (1828-1895); los "Montes de piedad" de Santiago Arcos (Zapiola, p. 61); y la realización de clases nocturnas, las que se desarrollaron principalmente durante la segunda etapa de la Sociedad de Igualdad.