lengua quechua
A la llegada de los españoles, el idioma quechua era la lengua más extendida en las regiones andinas centrales de Sudamérica, a la vez que funcionaba como lengua oficial para gran parte de las distintas etnias que se encontraban subordinadas al Imperio Inca.
Como estrategia de evangelización, la Iglesia Católica decidió privilegiar el uso de este idioma por sobre las distintas lenguas y dialectos presentes en el territorio andino central. De esta manera, los misioneros contribuyeron a la expansión del quechua y su implantación en regiones en las que nunca se había hablado antes, como la sierra ecuatoriana y el noroeste de Argentina.
La primera obra impresa sobre el quechua fue una Gramática o arte de la lengua general de los indios de los reynos del Perú, escrita por Fray Domingo de Santo Tomás y publicada en 1560 en Madrid. A ésta se sumaron varias más durante el transcurso del siglo XVI y las primeras décadas del siglo XVII, como la Gramática y arte nueva de la lengua general de todo el Peru, llamada lengua Quichua, o lengua del Inca (1607) y el Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Quichua o del inca (1608) de Diego González Holguín, así como el Arte de la lengua Quichua (1619) de Diego de Torres Rubio.
Debido a que era la lengua más hablada en el mundo andino, existieron cátedras de quechua en la Universidad de San Marcos y en distintos conventos de Lima, de las que salieron obras literarias y teológicas en ese idioma, así como catecismos escritos para el uso de los misioneros. De estos últimos, el más importante fue el que estableció el Concilio Limense de 1583, que fue utilizado hasta ya entrado el siglo XIX. Esta última obra, la primera impresa en Sudamérica, se encontraba redactada en quechua, aymara y español.