Carmela Mackenna Subercaseaux (1879-1962)
Como se estilaba entre las jóvenes educadas de fines del siglo XIX, Carmela Mackenna aprendió música en su casa. No pudo optar por una carrera reconocidamente seria en su juventud, ya que no correspondía a lo que dictaba su esfera social. De esta manera, debió cultivar su vocación artística silenciosamente en sus primeros años.
Hija de Alberto Mackenna Astorga y Carmela Subercaseaux, Carmela Mackenna fue la menor de cuatro hermanos. Su madre falleció después que ella nació, lo que la marcó bastante.
Comenzó a estudiar piano con Bindo Paoli, un profesor italiano que de inmediato vio en ella un gran talento para el instrumento y la incentivó a que continuara. Ya en sus años de madurez, Carmela Mackenna -casada con Enrique Cuevas, diplomático, ministro e intendente- se trasladó a Alemania, donde mantuvo contacto estrecho con el movimiento expresionista y recibió cierta influencia de Hindemith en su estilo. Se radicó en Berlín desde 1926 por más de diez años, que comprenden la época más activa de su labor como compositora. Con los maestros Konrad Ansorge y Hans Mersmann, perfeccionó sus conocimientos de Piano y Composición, respectivamente.
En 1934 alcanzó la cumbre de su labor creadora con el estreno en Berlín de su Concierto para piano y orquesta, por Armando Moraga, como solista, y la Orquesta de la Radio del Estado en aquella ciudad, dirigida por Heinrich Steiner. En Chile fue presentado en noviembre del mismo año, por Herminia Raccagni y la Orquesta de la Asociación Nacional de Conciertos Sinfónicos, dirigida por Armando Carvajal, y además tuvo presentaciones en Francia y Austria. En 1936 estrenó con considerable éxito su Misa para coro mixto a cappella, la que -interpretada por los Coros de la Catedral de Munich- fue distinguida con uno de los primeros premios en el Concurso Internacional de Música Religiosa celebrado en Frankfurt en octubre de ese año.
Su larga residencia en el extranjero, preferentemente en Alemania y Francia, es el motivo de que su obra sea escasamente conocida en Chile. Trío para cuerdas, por ejemplo, una de sus obras fundamentales, no se interpretó en Chile sino hasta 1944. Su Concierto para piano y orquesta rara vez figura en los conciertos sinfónicos y sus dos Misas, las otras composiciones de particular relieve de las cuales es autora, aún no han sido ejecutadas con el cuidado que merecen.
A la vanguardia de todos los compositores chilenos, fue la primera en utilizar los versos de Pablo Neruda en una obra musical. Su música es, según señalara Vicente Salas Viu, "abstracta, pura, libre de sugerencias literarias y de cortapisas académicas". En el desarrollo de sus obras más considerables, como el Concierto para piano o el Trío para cuerdas, encontramos procedimientos de libre contrapunto que alternan con los pasajes de una densa armonía disonante.
El catálogo de obras de Carmela Mackenna es el siguiente: Dos movimientos sinfónicos, para gran orquesta. Concierto para piano y orquesta de cuerdas. Para coro, Misa para coros mixtos a capella y Misa para coro y orquesta de cuerdas.Cuarteto para cuerdas, Trío para cuerdas, Trío para flauta, violín y viola, Sonata para violín y piano, en su música de cámara. Para piano solo, Seis Preludios, Tema con variaciones, Suite Chilena y Música para dos pianos. Álbum de canciones alemanas, Tres canciones españolas y Poema, sobre versos de Pablo Neruda, para canto y piano.
Complementos
- Carmela Mackenna Subercaseaux (1879-1962)
- Cecilia Cordero (1945-)
- Ema Ortiz (1891-1974)
- Estela Cabezas Espinoza (1921-2011)
- Francesca Ancarola (1971)
- Ida Vivado (1913 - 1989)
- Iris Sangüesa (1933)
- Leni Alexander Pollak (1924-2005)
- Lucila Césped Flores (1902-1983)
- María Luisa Sepúlveda Maira (1883-1958)
- Marta Canales Pizarro (1895-1986)
- Sylvia Soublette (1922-2020)