Théâtre du Soleil
La compañía Théâtre du Soleil fue creada en 1964 por la directora Arianne Mnouchkine junto a sus compañeros de la Asociación Teatral de Estudiantes de París. En sus inicios se constituyó como un colectivo cosmopolita interesado en renovar las formas en que se organizaban hasta entonces los grupos teatrales en Francia. Además de privilegiar la creación colectiva, sus integrantes se han preocupado de conectar cada creación con las disyuntivas del presente.
En los años 60 y 70, la compañía escenificó versiones de clásicos del teatro y la literatura concebidos como grandes espectáculos, en particular las piezas de la Comedia del Arte. Posteriormente, en la primera parte de los 80, se concentró en reeditar las grandes tragedias de Shakespeare. A mediados de esa década, Mnouchkine sumó al grupo a Hélène Cixous, quien asumió la dramaturgia de los montajes.
La directora forjó una ética distintiva para el colectivo, según la cual todos sus integrantes cobran los mismos honorarios y el reparto definitivo de una obra se decide sólo una vez que los actores hayan ensayado todos los papeles que intervienen en ella.
Becado por el gobierno de Francia, el chileno Andrés Pérez se incorporó como actor a la compañía a fines de 1983 y permaneció en ella hasta mediados de 1988 (aunque formalizó su despedida en 1989). Cumplió roles menores en reposiciones de Ricardo II y Noche de reyes y en la primera parte de Enrique IV.
En 1985 interpretó a Chou En Lai en la Historia terrible pero inacabada de Norodom Sihanorik, rey de Camboya, basada en la historia contemporánea de esa nación. La puesta tenía una duración de 8 horas. Dos años más tarde asumió el rol de Mahatma Gandhi en La Indiada. Para ese trabajo adelgazó 15 kilos. Su sobresaliente desempeño le valió ser retratado en las portadas de las principales publicaciones especializadas en teatro de Francia e Inglaterra, además de emprender una gira internacional. Mnouchkine llegó a decir de Pérez: "Es Gandhi mismo en persona''.
Como director, Andrés Pérez recibió de Mnouchkine la tradición de las máscaras y el afán de dar una nueva mirada a la Comedia del Arte, además de profundizar en las técnicas del teatro oriental que la compañía cultivaba y daba a conocer a través de seminarios especializados.
En junio de 2000, Pérez evaluó así su experiencia en el Théâtre du Soleil: "No es que me haya mimetizado, pero actuar con Arianne Mouchkine marca a un actor para siempre. En ella encontré a una maestra. Por primera vez me dirigía una mujer. Y soy difícil como actor porque tengo mucho oficio. Me cuesta aceptar órdenes de otro. Yo creo que en la vida hay que ser lúcido. Actuar con Arianne o, como en otra época, con Raúl Ruiz, fue un privilegio, una maravilla de la vida. No puedes sino ser discípulo de genios así. Hay que barrer donde ellos pasan. Barrer antes de que ellos pasen. Y recoger lo que van dejando, sus huellas, mirarlas y estudiarlas''.