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Transformación de La Nación a diario oficial de gobierno

En 1927, Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960) ejercía el cargo de ministro Guerra, lugar desde el cual gobernaba por sobre el políticamente debilitado presidente Emiliano Figueroa Larraín (1866-1931). Los problemas de liderazgo y gobernabilidad de Figueroa fueron la muestra fidedigna del desgaste de las personalidades políticas del período parlamentarista, sistema que entró en crisis durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma (1868-1950) (Fredes Aliaga, Carlos, Historia de Chile, Madrid: Cultural, 2001).

Carlos Ibáñez -quien fue electo presidente por una amplia mayoría en julio de 1927 tras la renuncia de Figueroa y un criticado proceso democrático- quiso gobernar de manera autoritaria y represiva, pero con un ímpetu reformador y modernizador del sistema político y económico del país a través de las facultades que le confería la Constitución de 1925, cambios entendidos como una labor patriótica por parte de sus adherentes. Con su mandato se renovó el presidencialismo en el país y el Estado de Chile se convertía en una entidad interventora tanto en lo económico como en lo social (Rojas Flores, J. La dictadura de Ibáñez y los sindicatos: (1927-1931). Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1993).

Para dar publicidad a sus acciones, el recién electo presidente adquirió el diario de mayor impacto en ese momento en el país y en Santiago en específico, La Nación, pues entendió que el gobierno necesitaba un órgano de propaganda que le permitiera llegar a los ciudadanos de manera más amplia (Rojas Flores, J. La dictadura de Ibáñez y los sindicatos: (1927-1931). Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1993).

En julio de 1927, el diario La Nación pasó a ser propiedad del Estado de Chile. Si bien hasta ese momento el Diario Oficial era el medio vinculado al Estado, desde 1891 funcionaba como una gaceta "sin opinión propia. Con el retorno a un régimen presidencialista fuerte, se volvía a la idea de que el Gobierno debía contar con un medio de opinión, como lo había tenido hasta esa fecha", por lo que la idea de tener una publicación controlada por el poder Ejecutivo era fundamental para Ibáñez (Camus, Pablo y Couyoumdjiam, Juan Ricardo. "La batalla por La Nación y el diario oficial". Boletín de la Academia Chilena de Historia. Año LXXVIII. Número 122, 2013, p. 8).

Hasta 1927, Eliodoro Yáñez Ponce de León (1860-1932) fue el dueño y director de La Nación. Yáñez habría recibido presiones -y en palabras de su hija Flora, amenazas de arresto y exilio- para acceder a la venta del diario. Así, el 7 de julio, Yáñez firmó una escritura pública en la que hacía el traspaso al fisco, tanto de La Nación como de Los Tiempos, vespertino que había aparecido en 1921 (Yáñez, María Flora. Historia de mi vida. Santiago: Nascimento, 1980, p. 40-41).

Días después de realizar la primera escritura de compraventa, se le indicaba a Yáñez que el valor señalado -$4.000.000- también implicaba el traspaso del inmueble en el que se encontraba la sección editorial del periódico (Camus y Couyoumdjiam, p. 8).

El mismo 7 de julio, en La Nación, se publicó el editorial "Confianza", en el que se presentó una declaración de principios de lo que iba a ser la dictadura de Ibáñez: un mandato que iba a llevar a cabo actos de "depuración, de justiciera reforma, que han caracterizado la obra del ejecutivo desde que el gabinete de febrero asumió con enérgica mano la tarea de realizar los ideales de justicia, de moralidad y de progreso que fue llamado a ejecutar" ( "Confianza". La Nación. 7 de julio de 1927, p. 3).

El 31 de diciembre de 1927, se publicaron dos decretos que permitieron entregar financiamiento público al diario para su mantención y que le otorgó la categoría de entidad de derecho público (Camus y Couyoumdjiam, p. 3). Desde ese momento y hasta 1931, año en que terminó el régimen, La Nación se dedicó a resaltar la figura de Carlos Ibáñez y las noticias de política nacional giraron en torno a su gobierno, su relación con el Congreso, las leyes y decretos promulgados y sus políticas económicas tendientes a la protección de la industria nacional. El año de 1931, La Nación fue clausurado durante el proceso de investigación de los hechos acaecidos durante la dictadura de Ibáñez y reabierto seis meses después, momento a partir del cual mantuvo su funcionamiento como órgano vinculado al gobierno hasta el año 2010.