Cónsul en Barcelona
En 1934, Pablo Neruda fue designado cónsul adscrito en Barcelona. Partió el 5 de mayo junto a María Antonia Hagenaar, su esposa, que tenía un embarazo avanzado. En el ámbito laboral, quedó bajo las órdenes del cónsul general Tulio Maqueira, quien desde un principio se mostró comprensivo con el poeta, alivianándole el trabajo para que se dedicara sólo a la literatura. Siempre le decía: "Pablo, usted debe vivir en Madrid. Allá está la poesía. Aquí en Barcelona están esas terribles multiplicaciones y divisiones que no lo quieren a usted. Yo, me basto para eso" (Bellini, Giuseppe. "Neruda en Madrid". Anales de literatura hispanoamericana, (22): 247-256, 1993). Finalmente, lo autorizó para trasladarse a Madrid, donde Gabriela Mistral había dejado su puesto vacante.
En Barcelona, conoció personalmente a Rafael Alberti, con quien había mantenido sólo correspondencia. Este escritor le presentó a Delia Del Carril, la "Hormiguita". La empatía fue mutua, a pesar de la diferencia de edad. Delia tenía entonces cincuenta años y Pablo alrededor de treinta.
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